En su segunda temporada como piloto de elite en el bicicross, Gonzalo "Chalo" Molina sigue disfrutando de buenos resultados que lo impulsan a pensar en nuevos desafíos. El subcampeón del mundo en categoría Junior en 2013, comenzó este año concentrando durante un mes con la Selección argentina en Estados Unidos, donde participó en una fecha del prestigioso calendario nacional, metiéndose en la final del primer día. Luego estuvo en comienzo de la temporada nacional, que se desarrolló en Córdoba, y ganó las dos carreras. Ambas participaciones fueron un respaldo para conseguir una plaza en los Juegos Panamericanos, que se disputarán en Toronto, Canadá, en julio, su máxima aspiración para este año, junto al mundial que se desarrollará un mes después. El piloto que cumplirá 20 años en mayo, y podría pasarlo en Chile durante otra competencia internacional, disfruta hoy unos días con su familia, en el Barrio Amecom. Y en esta entrevista sorprende desde el inicio cuando cuenta: "A los dos años ya sabía andar en bicicleta sin las ruedas de apoyo".
-¿Cuándo comenzaste a competir?
– A los cinco años. Tengo dos hermanos mayores que ya lo habían practicado y en esa época decidieron regresar.
-Y no paraste de correr.
-No. Entre los 11 y los 13 estuve alejado, me había cansado. Volví porque en realidad fui a acompañar a mi hermano mayor, que se le ocurrió empezar otra vez. Teníamos un cuadro tirado y armamos lo que pudimos. Y en la carrera me encontré con un amigo que me decía que no corría porque tenía miedo. Y me tocó, porque me inscribí.
-¿Cómo te fue en esa carrera?
-Anduve bien. Una semana después, se corría en San Juan el Campeonato Argentino. Le insistí a mi papá para participar, así que tuve que hacerme todos los estudios. Y también me fue bastante bien.
-¿Tus padres siempre apoyaron?
-Mi papá corrió en ciclismo ruta y pista pero decía que era muy sacrificado. Nos inculcaba hacer deporte en bicicleta, por eso empezamos en el bicicross. Y a mi mamá le gusta este deporte, así que también nos apoya siempre.
-Tuviste muchas alegrías deportivas. ¿Cuál te impactó más?
-El subcampeonato en el Mundial Junior. También fue muy valiosa la medalla de bronce que logré el año pasado en los ODESUR, porque fue mi primera competencia en elite. Pero el impacto más grande fue con lo del Mundial.
-¿Cómo te definís?
-Soy tranquilo, tanto en la vida como en el deporte.
¿Y cuando no te salen las cosas como querés?
-Cuando me va mal, soy más callado todavía. Me alejo para no afectar a mis compañeros que todavía están en competencia.
-¿Estás de novio?
-No, solo. Últimamente salgo dos meses y vuelvo por una semana a San Juan.
-¿El bicicross ayuda para conocer chicas?
-La verdad que no lo sé, no usé nunca esa técnica. Algunos amigos cordobeses sí lo hacen. Son buenos chamuyando. Pero la verdad es que acá no es un deporte muy conocido y si le digo algo a una chica, entonces me va a mirar como diciendo "¿y?". En definitiva, por mi forma de ser, no creo que me salga bien.
-Apartando lo deportivo, ¿qué te gusta de los viajes?
-Los disfruto en general. Las salidas con el grupo pueden ir de pasar un día en la playa a correr en karting. Y vamos conociendo. Me acuerdo de Berlín, de muchos lugares históricos, como el Muro.
-¿Qué hacés en los tiempos libres entre cada entrenamiento?
-Descanso. No es que solamente duerma, paso el tiempo escuchando música o navegando en Internet un rato.
-¿Cuáles son tus gustos musicales?
-En el grupo cada uno tiene sus gustos, pero en general suena mucha música alegre. Yo pongo cuarteto, bachata y reggaeton. Otros que son más rockeros, pero somos más nosotros.
-Esa música es para bailar, ¿cómo te desenvolvés ahí?
-Me muevo bastante bien, me defiendo bien.
-¿Un deseo deportivo?
-Ser campeón del mundo o campeón olímpico son grandes sueños. Pero no creo que aparezca un genio que te otorgue esos deseos, así que sigo esforzándome cada día para poder lograrlo.

