En la cuerda floja. La falta de victorias de San Martín, provocó que Pipo Gorosito tenga condicionada su continuidad al frente del equipo.

 

El pasado lunes en Rosario, San Martín tocó fondo al caer 0-2 ante Newell”s. Derrota que caló hondo porque se trató del séptimo partido sin ganar, porque en el año sólo sumó 2 puntos de 21 en juego, pero sobretodo porque el rendimiento futbolístico del equipo fue pobre y muy por debajo de lo éste equipo había plasmado en cancha el semestre pasado. La reacción no llega, y los partidos siguen pasando y generando más incertidumbres y problemas que soluciones. Y todo lleva a que Pipo Gorosito hoy esté con un pie afuera más allá que tras la derrota ante la Lepra resaltó que “tengo contrato y voy seguir”. Aunque le habrían dado una última chance y que será el sábado cuando reciba a Gimnasia.

Y es que Gorosito no piensa en renunciar. Fiel a su estilo, no tiene intención de bajarse y promete dar batalla pese a que sabe que el equipo mermó su juego, que se está quedando sin argumentos, que carece de peso ofensivo, que las sociedades que llevaron al equipo a ser la gran sorpresa del 2017 hoy no tienen conexión.

San Martín necesita un cambio, que puede ser de técnico, de jugadores o de lo que sume para que el equipo recupere la confianza, pero cambio al fin. Porque recibió un golpe muy duro y debe sacudirse rápido y buscar la reacción o morir en el intento. Ya que seguir por la misma línea será un pecado que puede traer el peor de los desenlaces.

El plantel que perdió ante Newell”s llegó ayer a la provincia y por la mañana se entrenó bajo las ordenes de Gorosito. Aunque el DT habría tenido a la par una reunión con la dirigencia y en la misma le habrían dado sólo una fecha más en el cargo, que será la del sábado ante Gimnasia.

Es decir que Pipo todavía tiene crédito pero ya hipotecó su futuro. Está contra las cuerdas y debe apostar su mejor carta para cortar lo que ya es la peor racha de la historia en un inicio de año jugando en Primera División con los 7 partidos sin festejos.

Jorge Baliño será el árbitro para San Martín ante Gimnasia del sábado, a las 15.30.

Los protagonistas declaran que sienten “mucha bronca porque no podemos levantar y sacar esto adelante. Perdemos partidos porque nos hacemos los goles solos. Estamos pasando por un momento complicado”. Y en estas palabras de Nicolás Mana se representa la preocupación generalizada de un plantel que terminó el 2017 en la 8va posición y en zona de clasificación a Copa Sudamericana, y que hoy lo tiene 20mo y con un promedio bajo que de no levantar lo llevará a iniciar el próximo torneo (después de Mundial) con la soga al cuello. San Martín debe cambiar, tiene una vida más, con un Gorosito que hipotecó su futuro.