Faltaban escasos dos kilómetros para culminar la competencia que cerraba los Juegos Binacionales, cuando el chileno, de Maule, Pablo Reyes Ramos, metió un ataque que parecía definiría la carrera a su favor. Al fin de cuentas el hombre que llevaba el dorsal con el número 1, era el favorito. Ganador de la prueba realizada el año pasado en O’Higgins e integrante de la selección nacional juvenil de Chile que durante el año hizo un período de entrenamiento en Europa. Sin embargo, cuando se pegaron a su rueda su compatriota Jonathan Sepúlveda (Metropolitana) y el sanjuanino Germán Gordillo, Reyes Ramos especuló y perdió.
De los tres se lo veía como el más entero. El que tenía más aire para afrontar un final a hierro corto con el pelotón soplándoles la nuca.
Reyes Ramos que podría haberle dado de cabeza hasta la raya se confió y cuando quiso acordar, aprovechando el descenso que la avenida de Circunvalación, tiene entre el puente que pasa sobre avenida España (al Sur) hasta la línea de meta marcada debajo del puente de avenida Paula Albarracín de Sarmiento, Germán Gordillo, con las últimas reservas físicas que tenía lo superó y aguantó con guapeza hasta festejar su victoria y el segundo puesto de su compañero, Mauricio Guzmán, quien se había desprendido del grupo mayoritario y superó con decisión a los otros dos rivales que se habían escapado con Gordillo.
La alegría sanjuanina por esa medalla era porque con ese uno-dos el puntaje interno del ciclismo los favorecía y porque esas medallas permitían afirmar el tercer puesto en el medallero general.
Después de dos giros en los que nadie se hizo el loco. La carrera tomó calor cuando cinco ciclistas armaron una escapada que duró poco más de dos vueltas. En la misma iban los sanjuaninos Rodrigo Hausen y Mauricio Guzmán y los chilenos, de Metropolitana, Felipe Yañez y Elías Tello, junto al favorito, Pablo Reyes.
Llegaron a tener casi un minuto, pero como esa fuga no les convenía a los representantes de Santiago, luego de haber trabajado parejo, pararon sus pedales hasta ser fagocitados por el pelotón.
En la última vuelta, de las seis previstas aparecieron el mendocino Gabriel Funes y el puntano Emiliano Fornaciero, llegaron a tener un centenar de metros a su favor, pero su aventura culminaba cuando el grupo grande apretaba los pedales. Así hasta los dos últimos kilómetros, cuando se mandó a mudar Reyes Ramos a quien los únicos que pudieron alcanzar fueron Gordillo y Sepúlveda.
De los tres, el que más había trabajado para evitar fugas había sido Gordillo. De los tres, el único que tenía fuerzas y estaba hambriento de gloria era el sanjuanino, que puso lo que no tenía y ganó.

