Parecía un niño con un juguete nuevo. Primero festejó con sus compañeros y en el camino hasta el podio fue abrazándose con mucha gente, la mayoría de ellos conocidos de toda la vida. Es que Pedro González, El Escamoso, se quedó ayer con la quinta etapa de la 30ma Vuelta Ciclista a San Juan. El angaquero se impuso en un embalaje largo que él mismo propuso mientras los embaladores se relojeaban para ver quién pegaba primero.

Aunque vecino de la Capital, Pedro es nacido y criado en Angaco, Departamento vecino de San Martín, por lo que las calles por donde transitó el capítulo de ayer de esta novela que termina el domingo, las conoce de memoria.

Se dio el gusto de ganarles embalando a dos de los mejores especialistas que tiene el país en el metier de meter la puñalada en el último suspiro para quedarse con la victoria: Cristian Clavero que mantuvo la malla de líder y Héctor Lucero.

El tramo tuvo un recorrido total de 160,5 kilómetros que se completaron con cinco giros a un circuito que tocó la mayoría de los barrios de San Martín.

El trámite de la etapa fue un calco de las anteriores en circuitos. Una fuga que toma entidad porque el pelotón especula cuidando piernas para el esfuerzo de la crono que se correrá hoy y luego una persecución exitosa que culmina con las pretensiones de los escapados. En este caso los bonaerenses Román Mastrángelo y Franco Lopardo integrantes de los dos equipos presentados por el Sindicato Empleados Públicos y Casa Lista Inmobiliaria.

El chivilcoyano, Mastrángelo, que había ganado escapado el martes en 9 de Julio se mandó a mudar apenas iniciada la carrera, metros más adelante lo alcanzó el ciclista nacido en 25 de Mayo, Lopardo y entre ambos conformaron una fuga de más de 100 kilómetros que le permitió al “Gnomo”, como apodan a Mastrángelo afirmarse como líder de las metas sprinter.

Antes de entrar en el último giro (32,1 km) el pelotón los alcanzó y allí comenzó otra carrera, la de los hombres de Palmar y Rawson tratando de desgastar a los municipales pocitanos. La lucha entre quienes saben que son menos fuertes en la montaña con los que apuestan sus fichas a llegar con sus líderes a menos de medio minuto al ascenso sabatino al Colorado, se tornó espectacular.

Como ninguno pudo sacarse ventajas, salvo Saldaño pellizcando una meta volante, se arribó al embalaje masivo, que Pedro González, por guapo y astuto definió a su favor.