El boxeador kazajo Gennady Golovkin (42- 1-1, 37KOs) le ganó ayer, por nocaut técnico en el noveno round, al japonés Ryota Murata (16-2-0, 9KOs) y, de esta manera, unificó cinturones FIB (Federación Internacional de Boxeo), que estaba en su poder, y súper campeón mediano de la AMB (Asociación Mundial de Boxeo), que pertenecía al nipón.
Golovkin debió superar un inicio difícil porque el local fue quien, con su mayor alcance y gran fortaleza, ganó el centro del ring y lo hizo retroceder con sus golpes largos y manos al cuerpo, que, como ocurrió en peleas anteriores, se demostró que GGG las siente.
Después de cuatro asaltos intensos, donde quien imponía condiciones era el japonés, cuatro años más joven, comenzó el kazajo a controlar los tiempos del combate. En el descanso previo al quinto round, se notó que de los dos era Murata el que estaba más agitado. Abría la boca buscando un aire que debiera haber acumulado con sesiones de footing más exigentes. Mientras que en otro rincón, se observaba que GGG administraba mejor el oxigeno.
Un derechazo cruzado que le hizo volar el protector al japonés, fue el inicio del final. Golovkin, más rápido y mucho más experimentado, como los tiburones vio sangre y salió a "comerse" vivo a su adversario.
Lo llevó a una pelea en media y corta distancia, combinando manos arriba y abajo, que minaron las escasas reservas físicas y liquidaron las anímicas que poseía Murata. El castigo fue creciendo, tanto que con una derecha larga lo envió a la lona, a los 2m11s del noveno asalto y culminó el pleito.