Un golazo de Marcelo Vidal desde la mitad de la cancha a poco del final del partido, le permitió a Independiente derrotar anoche a Patronato de Paraná como visitante por 1-0 y acceder, al menos en forma momentánea, al tercer puesto de la Primera B Nacional. Es que con este triunfo, el equipo de Omar De Felippe superó por dos puntos a Crucero del Norte, que hoy visitará a Independiente Rivadavia de Mendoza, y llegó aunque más no sea por algunas horas a puestos de ascenso por primera vez en el campeonato.

El sorpresivo zapatazo de Vidal desde su propio campo, a los 42 minutos del complemento, desató los festejos de un Independiente que estiró su racha invicta a diez juegos y quedó a seis unidades de Banfield, el líder del torneo. Fue menos que discreta la actuación del elenco de Avellaneda en su último partido del año, ante un rival que por momentos pareció conformarse por momentos con la igualdad parcial y que no contó ni por asomo con el efectivo zapatazo del juvenil volante central de Independiente, una de las gratas revelaciones para De Felippe.
Le costó acomodarse a Independiente en los primeros minutos del juego en la capital entrerriana, e incluso Patronato pudo haber batido en un par de ocasiones su valla de no ser por la eficiente intervención de su arquero, Diego Rodríguez.

Recién a los 20’, el elenco de Avellaneda pudo llegar con peligro al arco rival con un aviso de Vidal de cabeza, tras un tiro libre desde la izquierda de Matías Pisano, que Sebastián Bértoli contuvo. Pisano comenzó a entrar en juego e Independiente pareció crecer en su intensidad de juego, aunque rápidamente volvió a ingresar en el estado de confusión propio del primer tiempo y no pudo volver a acercarse con peligro al arco rival.

El letargo se prolongó en el segundo tiempo, en el que el Rojo intentó pero no consiguió acercase a Bértoli y Patronato esperó y tampoco inquietó. Un intento del ingresado Francisco Pizzini llegando a la media hora de juego fue hasta el momento del gol lo mejor de Independiente. A los 32, el conjunto entrerriano se adelantó unos metros y pudo torcer el destino del partido con una mala salida de Rodríguez, quien en su carrera derribó a Ricardo Gómez y cometió un penal que Patricio Loustau no sancionó. A partir de allí fue todo de Patronato, que comenzó a manejar el balón y lo hizo circular por todo el campo de juego, aunque sin lastimar. Y pagó caro esa pasividad, porque a tres minutos del final apareció la bomba de Vidal para el triunfo del Rojo.