El inglés Tyson Fury derrotó ayer por decisión unánime al ucraniano Wladimir Klitschko y le arrebató los títulos pesos completos de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), en su condición de Supercampeón, junto a las coronas de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB), en la pelea estelar de una velada realizada en la Arena ESPRIT de Düsseldorf, Alemania.
Fury fue el más inteligente, moviéndose y colocando, aunque pocos, los mejores golpes de una pelea de escaso nivel boxístico. Klitschko no pudo lucir el poder de sus puños, ante un rival más alto y muy movedizo.
El combate fue un bodrio. Hubo pocas manos netas y demasiados amarres. Las tarjetas de los jueces fueron claras en favor del británico (115-112, dos y 116-111), aún cuando en el penúltimo
round el juez estadounidense Tony Weeks le restó un punto por golpear en la nuca del ucraniano.
Klitschko estuvo impreciso en varios pasajes de la pelea y en el segmento final fue superado por la juventud y fortaleza del entusiasta inglés, 12 años menor.
Con este resultado, Fury elevó su récord a 25-0, con 18 ko. Pero hizo historia y se convirtió en rey de los pesados, mientras que Klitschko cayó a 64-4, con 53 ko.
Lo del menor de los Klitschko más que un reinado de nueve años fue una dictadura. Entre él y su hermano mayor, Vitaly eclipsaron la categoría durante el primer cuarto del siglo.
Tyson Fury, nuevo monarca OMB, FIB y supercampeón AMB tendrá que dirimir quien es el mejor con el estadounidense Deontay Wilder (35-0, 34 ko), campeón del Consejo y el campeón regular de la AMB, el utzbeco Ruslan Chagaev (33-2-1, 20 ko).

