"Loco: haznos soñar!". Eso rezaba el trapo que los South Winners, lo que sería en nuestro país la barrabrava del Olympique de Marsella, le colocó a Marcelo Bielsa el día de su asunción el pasado 24 de junio en Francia. Desde entonces, en poco más de cuatro meses de gestión, el Loco, ya de 59 años, generó lo que sus fanáticos pedían. El domingo potenció ese sueño al igualar la mejor racha de triunfos en fila del club más popular de Francia tras sumar ocho victorias y estirar a 7 los puntos de ventaja sobre su escolta, el Paris Saint-Germain. Aunque el rosarino no quiera admitirlo, su llegada al Olympique generó una revolución. En Marsella, ciudad donde vive solo, Bielsa concretó su mejor arranque como DT en su dilatada trayectoria profesional con el 83% de efectividad en una decena de juegos.
"Va a ser una revolución cultural, pero también estructural. (…) Tenemos mucha suerte de tenerlo entre nosotros", esto respondió Vincent Labrune, el presidente del Olympique, cuando lo contrató en mayo de este año y fue con él con quien Bielsa se cruzó vía conferencia de prensa cuando no compartieron los mismos gustos a la hora de largar el proyecto. Ese comienzo pareció más de espinas que rosas, aunque los buenos resultados, como ocurre siempre, suavizaron cualquier tempestad. Olympique no gana un título desde hace dos años cuando se quedó con la Copa de la Liga, un certamen de tercer orden en aquel país. En la campaña anterior, el Marsella, otrora monarca de Europa en 1993, quedó afuera de la pelea en las competencias trascendentes mucho antes del final. Bielsa cambió todo ese pesimismo por confianza. Por eso el domingo en el remodelado Velodrome se impuso la marca de mayor asistencia a ese estadio con 61.846 espectadores, superando los 58.597 de la semifinal de la Copa UEFA del 2004 ante Newcastle.
"Todo esto es mérito de Bielsa", lo elogió hace un par de semanas su delantero preferido, André-Pierre Gignac, goleador de la Liga con ocho alaridos en siete encuentros afrontados.
El Loco contagia no solo ilusiones, sino también cosas insólitas como por ejemplo que se agotaron en Marsella las heladeras portátiles donde habitualmente se sienta el coach para ver los partidos, siempre pegado a la línea del campo de juego. Fue sobre una de ellas cuando el domingo se ubicó y "encontró" un vaso de café que le quemó buena parte de sus glúteos. Otro dato: ya suma tres traductores distintos para sus maratónicas conferencias de prensa, pues aún no pronuncia en público una palabra en francés.
"Nuestro emblema es el Che Guevara. Otro referente nuestro es Maradona. Ahora, por sus resultados, Bielsa se ganó un lugar en este cuadro. Es un poco nuestro Che Guevara", lo ponderó Rachid Zeroual, integrante de la barra del Olympique, en una nota que fue tapa de la prestigiosa revista France Football hace dos semanas. El diario también lo había llevado en portada varias ocasiones en setiembre. "Bielsa, Bielsa, Bielsa…" o el clásico "Vamos, vamos, Argentina, vamos, vamos a ganar…", son un par de los hits en la actualidad de la hinchada del Marsella.
El ex-técnico de Argentina y Chile tiene contrato hasta mediados del 2016. Cuando lo contrataron la idea era que en la segunda temporada comenzaran a verse los frutos de su trabajo hiper meticuloso. Los tiempos se adelantaron y por eso el amor por Bielsa. Aunque él niegue cualquier tipo de revolución: "Parte el término revolución presupone una modificación clara respecto de un estado anterior y a mí me da la impresión de que el campeonato y el fútbol francés han hecho revoluciones verdaderas. Entonces no es una cuestión de humildad sino de análisis profundo", se desligó el Loco.

