Sólido, seguro, dominante, Estudiantes de La Plata superó anoche en cancha de Quilmes con amplitud y hasta con facilidad a Boca Juniors en el desarrollo del juego, aunque el resultado final fue un 2-1 considerablemente engañoso.
Fue el cuarto triunfo consecutivo del equipo platense, es único puntero del Torneo Apertura y lo consiguió por una convicción muy firme, con una formación claramente convencida de lo que hay que hacer.
El conjunto de Alejandro Sabella tuvo a Juan Sebastián Verón como su mejor hombre y contó con buenos trabajos individuales de Enzo Pérez y José Luis Calderón, estos últimos autores de los tantos.
Boca volvió a mostrar una pobre imagen de equipo perdido en la cancha, sin respuestas anímicas y ni siquiera pudo aprovechar que en determinado momento había llegado al empate por Martín Palermo, en una jugada que poco tenía que ver con lo que se estaba viendo.
El primer cuarto de hora fue de sostenido dominio por parte de Estudiantes, que recuperaba la pelota con facilidad, la hacia circular bien por los costados y cuando cambiaba de velocidad se hacía muy difícil de contener para Boca.
En ese lapso, a los 12 minutos, llegó el gol, a través de un tiro libre desde la izquierda de Leandro Benítez al sector opuesto, Calderón apareció por detrás de todos y sin marca, atropelló la pelota y con un muslo la metió en el arco.
Apenas habían transcurrido 2 minutos del complemento, Abbondanzieri metió un pelotazo muy largo desde cercanías de su área, Leandro Desábato cabeceó defectuosamente y Palermo, sin dudar, y de primera, sacó una volea perfecta de zurda para vencer a Albil y empatar el partido.
Muy poco duró la igualdad porque, tres minutos más tarde, combinaron Calderón y Salgueiro, el uruguayo llegó al fondo por izquierda, tiró el centro atrás, todos los defensores de Boca quedaron a contramano, y Pérez, llegando a la carrera, definió ante Abbondanzieri. Pérez lo festejó ante la hinchada de Boca.
Hasta el final del partido Estudiantes siguió manejando la situación. Apenas pueden señalarse algunas desaciertos defensivos, pero lo indiscutible es que controló el juego de punta a punta y estuvo cerca del tercer grito, por lo menos en tres oportunidades, En definitiva, el resultado constituye una diferencia exigua por las diferencias existentes entre un equipo sumamente afianzado y otro que perdió el rumbo.

