La Plata, 14 de octubre.- Una multitud arribó al Ciudad de La Plata para observar el partido de ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana que protagonizaron Estudiantes y Peñarol. Tras la eliminación de la Copa Argentina y la dura goleada sufrida ante Racing en el torneo doméstico, al "Pincha" le quedó como único objetivo el certamen continental y la gente apoyó esa postura. En tanto, la debilitada economía argentina favoreció a los miles de uruguayos que cruzaron "el charco" para alentar a su equipo, que tenía como figura estelar, la presencia de Pablo Migliore en su valla.

Conmovidos por el notable marco, los protagonistas iniciaron el espectáculo con un ritmo muy dinámico. En los primeros movimientos, Joaquín Correa habilitó a Diego Vera para que el delantero quede mano a mano frente al ex arquero de San Lorenzo, Boca, y Huracán (entre otros). Sólo por la defectuosa definición del atacante el marcador se mantuvo intacto.

Antes de que se cumpla el primer cuarto de hora, los de Mauricio Pellegrino consiguieron concretar su superioridad gracias a la individualidad de su mejor hombre. Tras recibir una descarga de Román Martínez, Correa se sacó de encima a Alejandro Silva y concretó un golazo. Con el 1 a 0, los platenses se dedicaron a manejar los tiempos de un partido, que parecía estar a su merced.

La ventaja pudo ser más amplia si Carlos Auzqui no hubiese desperdiciado una clara ocasión, en el borde del área chica. A la salida de un lateral, la figura de la tarde llegó hasta el fondo y buscó a su compañero, pero la mala reacción del volante mantuvo con vida al "Carbonero".

La respuesta de los conducidos por Jorge Fossati llegó a la media hora con un balón detenido. Un tiro libre ejecutado por Jorge Rodríguez exigió a Hilario Navarro, quien desactivó el peligro con una tapada hacia el córner. De todos modos, las limitaciones de la visita favorecían a la última línea del "León".

En el complemento, el ingreso de Fabián Estoyanoff le dio mayor peso a la ofensiva "aurinegra", y a través del recurso con el que había amenazado en la primera etapa, Peñarol obtuvo la igualdad. El delantero con pasado en el fútbol español sorprendió al guardameta correntino con un potente disparo. La tardía maniobra de Hilario Navarro contribuyó con la conquista charrúa. Todo lo que Estudiantes había perdonado, le generó un precio demasiado alto para el combinado de "Longaniza".

La desesperación por la victoria atentó contra las ideas que intentó proponer el "Pincha". Sin embargo, en la última escena, el chileno Enrique Osses sancionó la pena máxima y Guido Carrillo la intercambió por el 2 a 1 definitivo. Cuando los insultos de la gente comenzaban a sentenciar la llave, el capitán celebró el triunfo para llevar tranquilidad, de cara a la revancha que se disputará en Montevideo.