Fue recién la primera práctica de fútbol desde que comanda a San Martín, pero la idea de juego de su técnico, Darío Franco, dejó la impresión que llegó de manera bastante intensa a sus dirigidos. Es que ayer el nuevo verdinegro mostró a lo largo de los 45′ del entrenamiento ante la Cuarta de AFA mucha agresividad ofensiva, grandes dosis de despliegue para recuperar el balón y llegada al arco rival con varios jugadores. El 4-2-1-3 que dispuso el rosarino de movida y que también repitió en el ensayo del equipo alternativo (empate sin tantos), está claro que será el dibujo de punto de partida. El dato frío del 5-0 ante los juveniles importa menos que la forma en que se logró. Lo importante es que el método tuvo el sello de Franco.
"Me quedé conforme con lo que vi. El equipo estuvo atento siempre y con mucha agresividad. Es importante entender que todos debemos ayudar para recuperar el balón una vez que lo perdemos. También me gustó las asociaciones de los laterales con los wines. Vi cosas importantes y con el tiempo las vamos a seguir mejorando". Este fue el análisis de Franco luego de la práctica a temperatura iceberg en la mañana del Hilario Sánchez. Los once iniciales recibieron las indicaciones antes de comenzar el entrenamiento y las cumplieron bastante. "Agresividad con y sin la pelota", les pidió. Desde los delanteros abiertos (Roberval y Barreiro) la misión se llevo adelante. El equipo tuvo verticalidad al mejor estilo Bielsa (el DT predilecto de Franco) e incluso se vio como los puntas aportaron en defensa. Claro que semejante trajinar les pasó factura sobre el cierre. "Juguemos asociados. Siempre demosle opción al compañero de pase", inculcó Franco. Alderete y Videla lo entendieron perfectamente. El ex Gimnasia tocó de primera y bien. Su función, más allá del quite, fueron los relevos. Videla, en cambio, resultó la salida clara para llevarle el balón a Nadaya, autor de dos tantos igual que Penco (el otro de Barreiro). "Cuando va un lateral, el otro cierra para adentro la defensa", predicó el DT. Floris subió más que Acosta. Tuvo buenas intenciones e hizo un interesante tándem con Barreiro. Los restantes integrantes del póker de la última línea (Sosa y Melo) achicaron siempre para adelante.
Fue sólo un ensayo de apenas un tiempo. Una pequeña muestra de lo que se verá desde agosto. El tiempo será quien ponga este estilo audaz en su justa medida.

