Los arqueros están para evitar los goles, no para convertirlos. Es regla básica, elemental. Histórica en el fútbol pero en San Juan, se podría decir que el 15 de julio puede ser el Día del Arquero, instaurando una fecha distinta al 14 de abril en el que se festeja ese día. Particular, especial y singular porque Cristian Espinoza terminó siendo el gran protagonista de la gélida tarde en cancha de Colón Junior cuando en el descuento, fue a buscar el último corner del partido y con un cabezazo espectacular puso el 1-1 final que tiñó de justicia el partido que Defensores de Boca y el Merengue jugaron por la segunda fecha del Federal B. Le tocó empatarlo a Espinoza, pero en el trámite, Defensores no mereció perderlo nunca. En el primer tiempo, el equipo de Los Berros fue mucho más y tuvo tres mano a mano directas contra Pablo Lucero -de gran partido en Colón- que no pudieron definir ni Gerardo Pinto ni Carlos Méndez. Fueron llegadas netas, claras. Las tapó muy bien el ex-Desamparados y tal vez ese fue el momento en el que el equipo de Los Berros debió haber sacado su ventaja. Pero claro, en el fútbol cuando perdonás en el arco ajeno, lo sufrís en el propio porque Colón reaccionó algo en el inicio del segundo tiempo, se lo emparejó y a los 20’ pasó a ganarlo con un tiro libre de Maxi Herrera que aprovechó el arrugue en la barrera para vencer a Espinoza. Defensores sintió el impacto y recién en los últimos 15’ de partido volvió a presionar en serio. Los cambios le ayudaron a recuperar piernas y se llevó por delante a un Colón que se metió muy atrás. Defensores acarició el empate con una media vuelta de Méndez que Elías Mas sacó en la línea. Parecía que Colón se llevaba todo con ese tiro libre y la reacción a medias del complemento pero en tiempo de descuento, Espinoza decidió ser el dueño de la película cuando vio que el Beto Malla preparaba el corner. Pidió permiso, cruzó la cancha y apenas pisó el área grane encaró al punto penal. Lo quisieron contener con doble marca pero ya estaba decidido a hacer historia y metió ese cabezazo violento que dejó sin chances a su colega Lucero. Era gol, empate y justicia para Defensores de Boca que vivió su propio Día del Arquero cuando todo parecía perdido en la calle Sargento Cabral.