Boca continúa dando pelea en todos los frentes. En Mendoza, el equipo de Hugo Ibarra se impuso por 3 a 2 ante Quilmes y sacó pasaje a la semifinal de la Copa Argentina, instancia en la que se medirá ante Patronato, que en La Rioja impidió el Superclásico contra River Plate.
Darío Benedetto, Gonzalo Morales y Luca Langoni gritaron para el Xeneize, que cuidó a varios de sus hombres para la pelea por la Liga Profesional (y otros fueron baja por lesión). Bonetto y Pavone marcaron para un dignísimo Quilmes, que dio pelea y generó varias situaciones de gol, pero tropezó, sobre todo, por la diferencia de jerarquía en las áreas.
El encuentro comenzó a todo ritmo, con un Cervecero con las líneas bien juntas para no ofrecer espacios, pero sin refugiarse, y con un Xeneize alternativo (con muchas bajas y guardando a varios de sus titulares pensando en la Liga Profesional) dispuesto a tomar la iniciativa.
A los cuatro minutos, los de Coyette dieron el primer golpe: Bonetto tomó un balón perdido tras un pelotazo y la clavó en un ángulo para sorprender al poderoso elenco de Ibarra, que reaccionó rápido. Es que a los 6′, tras un balón parado, Medina peinó en el primer palo y por el segundo apareció Pipa Benedetto, quien bajó la pelota y definió de aire: 1-1.
Los auriazules manejaron el esférico, por momentos con prolijidad, pero sus rivales consiguieron ser más profundos. A los 10, Evangelista ganó en el área y su arremetida pasó cerca del arco defendido por García. Y a los 18, Batista quedó mano a mano, definió cruzado, y la redonda le hizo viento a un palo.
Boca consiguió su ráfaga entre los 20 y los 23 minutos, cuando Rolón trabó y cedió para el pibe Morales, que resolvió mal, y cuando Oscar Romero probó de media distancia y su intento se fue apenas ancho. De todas formas, en las réplicas, siguió sufriendo.
Hasta que a los 33′ Sandez desbordó por izquierda y encontró el ingreso del Toro Morales, quien firmó su primera conquista en Primera justo en el día de su presentación en la élite. Redondo.
La eficacia fue la mayor virtud del Xeneize. Quilmes jugó un primer tiempo serio e incluso antes de irse al descanso forzó dos grandes tapadas de Javi García, que mantuvo la diferencia en favor de su equipo.
Ibarra jugó fuerte en el inicio del complemento y guardó a Benedetto a los 10 minutos: lo reemplazó por Langoni. Y los juveniles, que estuvieron bajo la tutela del Negro en Reserva, lo continuaron respaldando. A los 13′, Medina condujo con pericia la contra, soltó la asistencia para Morales, que remató cruzado y atajó Glellel. El rebote lo capturó el ingresado Langoni, que firmó el 3-1.
Quilmes no claudicó. Coyette diagramó sus cambios para apostar a abrir la cancha y a los 19′ Ruiz Díaz desbordó por derecha, tiró el centro y Pavone anticipó en el primer palo para ponerle suspenso al score: 2-3.
En el momento del mayor empuje del Cervecero, lo inexplicable. Un grupo de hinchas de Quilmes comenzó a arrojar piedras a la platea de Boca y hacia el campo de juego. El encuentro estuvo detenido por más de 15 minutos y hubo oficiales heridos y hasta un miembro de la delegación del conjunto del Sur, con un corte en la cabeza.
Lo más absurdo fue que los incidentes le quitaron ritmo a los conducidos por Coyette, cuando tenían la chance de acorralar a su adversario. Con la reanudación de las acciones, Langoni, en estado de gracia, lastimó a fondo. Primero, con un desborde por la derecha que derivó en un tiro en el palo. Luego, desequilibrando por izquierda, aunque si intento se fue por encima del travesaño.