Era la final de su vida. El partido soñado. Ese que en 90 minutos podía llevarlo a lo más alto o golpearlo contra la pared. La oportunidad para poder rozarse con la gloria y retornar al Federal A después de casi dos décadas. Pero el fútbol es tan ilógico como impensado y toda esa enorme ilusión que vivía Atlético de la Juventud Alianza quedó nula ayer, en manos de un discreto pero inteligente Atlético Paraná en una de las finales del Torneo Regional Amateur.
El 0-3 en los 90" resultó un golpe bajo. De esos que cuesta asimilar y mucho más levantarse. Alianza fue a Río Cuarto buscando lo que anhelaba su gente. Esos hinchas que recorrieron los poco más de 500 kilómetros para acompañar al equipo de sus amores que buscaba escribir la página más gloriosa, pero que se postergó en manos del conjunto entrerriano.
El Lechuzo, ese que supo disputar los viejos torneos Regionales y Nacionales, en las décadas del "60 y "70 y que le permitían a los clubes del Interior rozarse con los grandes, llegó a la final del duro y complicado Torneo Regional Amateur. Un torneo desgastante, que premia a pocos, solo a los que logran atravesar ese largo camino pudo vivir las sensaciones lógicas de vivir esas antiguas jornadas gloriosas.
Pero no pudo. Por errores propios que en las finales cuestan el triple, desperdició la oportunidad de volver a los planos nacionales.
Alianza desde que descendió en 2003 no logra retornar a la tercera categoría.
Por eso la ilusión de querer retornar rápido. En eso se enfocó el Lechuzo. Quería volver. Con su presidente, Roquiño Mallea al frente de la institución, la apuesta fue por Luis Pallaroni, un técnico pocitano que llegaba desde Atenas con muchas ganas de crecer. Y como las grandes estructuras necesitan tiempo: el DT fue edificando a su equipo. Armó una base, le dio el toque futbolístico de intentar ser agresivo. Esa fue la receta con la que ganó finales y Superfinales en el fútbol local pero ese dominio doméstico no logra dar frutos en el Regional. En el 2021 y post pandemia, el proyecto a largo plazo comenzó a vislumbrarse y si bien quedó eliminado en semifinales ante Fadep de Mendoza, se renovó la apuesta. Y Pallaroni fue por más, le sumó algunos refuerzos de renombre a un plantel casi 100% sanjuanino pero le aportó sobre todo, ese condimento indispensable que lleva a conseguir hazañas: hambre de gloria.
El primer paso este torneo era pasar la Fase de grupos y lo hizo. Comenzaron los cruces ida y vuelta y se encargó de ir eliminando a los rivales sanjuaninos. Llegó en semifinales el novato equipo EFI de San Luis. Fue goleada en San Juan y nuevamente goleada en San Luis para lograr el pasaje a la final como si fuese un trámite. Llegó Gutiérrez con un plantel repleto de jugadores de experiencia en Federales pero Alianza se encargó de eliminarlo, ante un estadio "Centenario" repleto. San Juan lo alentó y Alianza terminó siendo el mejor de Cuyo y fue por el ascenso a la Superfinal en Río Cuarto.
El rival fue Atlético Paraná, equipo que buscaba volver al Federal A después de dos años y que a pesar de perder al mejor jugador de su plantel como Kevin Retamar, fue práctico. Sin sobrarle nada venció a Alianza aprovechando sus errores y acertando en las ocasiones que tuvo. Ayer, le tocó perder por nocaut pero como el fútbol da revancha, el Lechuzo deberá sacudirse rápido y apuntarle a eso. Si el año pasado llegó a semifinales y en este se quedó en las puertas de la gloria, Alianza ya espera ir por la tercera. Que sea la vencida.