El fútbol actual, tan vertiginoso y que no permite errores, se mide por resultados. Y ese es, con apenas 3 fechas jugadas, el primer dilema para San Martín que tan sólo sumó un triunfo y luego llegaron dos derrotas que dolieron internamente. El Verdinegro pasó de un arranque que ilusionó con el triunfo sobre Patronato (2-0), a tener dos derrotas consecutivas (Belgrano 1-0 y River 3-1) por falencias defensivas, más allá que mereció más en ataque en base a su buen juego, pero sus limitaciones ofensivas lo condenaron. Y esa es la otra cara del equipo de Pipo, que necesita volver al triunfo, porque de lo contrario ya quedará relegado, el promedio del descenso lo condicionará y entrarán a jugar otros factores que florecen cuando los éxitos son esquivos. Por eso el DT está obligado a cambiar.
Que San Martín tuvo y tiene un arranque de Superliga duro, es real. Porque ahora tendrá que enfrentar a Racing en Avellaneda y ese partido tiene que ser el punto de inflexión. Pero para lograrlo Pipo algo debe hacer. Porque el futuro inmediato de San Martín está en sus manos.
Y hoy habría que estar en la cabeza de Gorosito para ver cómo está diagramando el juego ante Racing. ¿Cambiará nombres, sistema, la distribución del juego será otra o buscará otro conductor? Todo es posible y necesario.
Porque en 3 fechas San Martín es un equipo con dos caras. Y allí recae otra vez la urgencia ya que Pipo debe cambiar porque los problemas son evidentes. Porque no define, genera pero no convierte y eso pasó a ser una cualidad negativa porque psicológicamente sabe que la pelota no entra.
“Hay cosas que tenemos que mejorar, en especial la definición, para que esto no nos pase otra vez”, Gorosito tras caer con River.
Y atrás, en las dos derrotas, dejó al descubierto que tiene grandes problemas porque le llegan poco y le convierten. Hay una desconcentración. Belgrano le creó 3 situaciones, acertó una y le ganó. Mientras que River tuvo 4 chances para convertir y festejó en tres. Es decir que de en 7 llegadas le marcaron cuatro goles. Y esa es una alarma para un equipo que a fines del torneo pasado había logrado en la defensa su mejor arma.
Mientras que San Martín, solamente ante River, generó 8 oportunidades para anotar y convirtió sólo una.
El equipo de Pipo necesita aire. Cambiar. Atrás es vulnerable y arriba no acierta. Problemas que hoy son mucho más importantes y visibles que ese juego ordenado para ser un equipo que con la pelota en los pies sabe generar juego, pero que no lo puede potenciar por las limitaciones antes mencionados.
El torneo recién empieza, pero ya está abajo en las posiciones y en los promedios sólo supera a un puñado de equipos. Viene Racing, ¿qué pasará?, sólo Pipo lo sabe porque el futuro inmediato está en sus manos.