Durmió menos de cinco horas. La noche había sido interminable por los festejos luego de ganar con San Lorenzo la Copa Libertadores de América. Igual, cansado y todo, en el día después seguía completamente feliz. Lógico, había tocado el cielo con las manos. Emmanuel Mas, el sanjuanino que comenzó a vestirse de ídolo unos años atrás brillando en San Martín, ahora es uno de los consagrados a nivel continental con el Ciclón.
"El Ema" no se olvidó de "su San Juan". Con los ojos todavía chiquitos por el poco dormir y vestido con un cómodo buzo, se dio tiempo en su departamento en Capital Federal para las fotos para DIARIO DE CUYO. "¿Llaman del Diario? No, deciles que no estoy…", le dijo al fotógrafo entre risas. "¡Cómo me voy a olvidar de San Juan! Jamás, estoy más feliz todavía porque sé cómo la gente de allá tiene que haber vivido este momento. Esto es como un sueño hecho realidad. Por eso siempre digo que el esfuerzo vale la pena. Y a aquellos chicos sanjuaninos que están en las inferiores y tienen sus sueños, que sigan soñando. Si yo pude llegar hasta acá, cualquier otro lo puede hacer".
Humilde. Frontal. Un gran tipo en todo sentido. Así es el "Ema". Alcanza con escucharlo cuando resume todo lo que le pasa: "¿Cómo vivo este momento? Con equilibrio. Como siempre lo hice. Es más, el tiempo me ha hecho madurar mucho. Antes disfrutaba las cosas de una manera, ahora lo hago de otra. Eso sí, tengo a mi esposa (Lucrecia) a una compañera incondicional. En ella me apoyo. Lucre me ayudó a tomarle más sentido a las cosas. A vivirlas distinto. También me apoyo en mis perros (Koda y Kenia), que hasta parecía que estaban más ansiosos que yo antes de la final (risas). Son ellos con quienes vivo el día a día. Toda mi familia está siempre, pero son ellos los que están al lado tuyo en todo momento".
En el departamento de Las Cañitas, en Palermo, el octavo piso seguía convulsionado. Ante noche, luego de los largos festejos que incluyeron una cena en Costanera con todo el plantel y los dirigentes (todos con sus familias), Emmanuel se acostó pasadas las 5.30. Ayer se levantó sobre las 10.30. "Desde las 8 estaba sonando el celular. Es cierto que si no atendés, quedás mal con los que te llaman, pero te juro que no doy más. Igual, acá están mis amigos de siempre y también toda la familia, mi vieja (Silvia), mi tía (Nelly), mis hermanos (Pamela y Pablo). Sólo mi viejo no pudo venir. Esto hay que disfrutarlo. Como uno vive siempre, nada de festejos raros. Anoche, por ejemplo, no tomé alcohol. No lo hago nunca, entonces no tenía porque hacerlo. Como comimos bastante, hoy me levanté con el matecito y el almuerzo fue bien liviano. Unas pastas y chau. El día va a seguir duro. Ya me voy al estudio de ESPN. Me invitaron del programa Pura Química. Voy con Torrico y Verón. La gente de ESPN tiene buena onda. Por eso no podía fallarles". Lo mejor de todo es que Ema fue e inclusive terminó ganando el juego de los "tiros al hoyo" para quedarse con un premio extra. Siempre ganador el muchacho…
En la charla de ayer, también habló de malos y buenos momentos. "Cuando me pasó lo del penal contra los ecuatorianos al final del partido (cometió una infracción que le costó el empate), me dolió que fuese tan comentado. En San Juan inclusive. Pero me dio más fuerzas para seguir adelante. Aprendí a no amargarme por completo. Mirá que cosa, ahora somos campeones. Es algo que tiene el fútbol. Te da revancha a la semana siguiente".
Cerca del final y ante la pregunta si eran comparables, como momentos, aquel ascenso con San Martín y esta Copa Libertadores con San Lorenzo, el Ema dijo: "El ascenso con San Martín es algo único. Esto con San Lorenzo es histórico. Cuando ascendimos con el Verdinegro lo viví intensamente. Venía sin jugar y justo en esa etapa encontré continuidad y todo salió bárbaro. No se puede olvidar jamás. Acá, en San Lorenzo, logré algo increíble. Hacer dos goles en una semifinal de Libertadores. Yo, un marcador de punta. Ambos momentos los viví al máximo. Son y serán inolvidables".

