Otra vez la falta de fútbol. Nuevamente la ausencia de goles y otra vez, una chance de conseguir la primera victoria como local desechada. San Martín igualó 0 a 0 ante Barracas Central en un encuentro que fue válido por la quinta fecha de la Zona 1 de la Primera Nacional.
San Martín no sumó un punto, sino que perdió dos. En casa, nuevamente ante su gente, el Verdinegro no logra de terminar de convencer el paladar del hincha. Es más, con la actuación de ayer está mucho más lejos de lograrlo. Los fantasmas que lo llevaron a descender a esta categoría nuevamente rondaron en Concepción. Con el debut de Alfredo Grelak como local, San Martín nunca se dio idea para para llegar al gol, incluso equivocó los caminos para llegar a eso. Jugó mal ante un equipo que solo atinó a plantear un esquema ultradefensivo y apostar a lo que pudiera lograr en ataque Fernando Valenzuela. El diminuto platinado fue lo mejor que mostró la visita, ni siquiera Mauro Matos generó ocasiones que incomodaran a Ardente.
Lo cierto es que San Martín jugó de mayor a menor. Comenzó jugando bien ese primer tiempo, metido en el encuentro y metiendo presión en el campo contrario pero Barracas también estuvo concentrado en esa férrea propuesta defensiva. A los 10 el Verdinegro avisó tras una jugada preparada que partió desde mitad de cancha, luego Gelabert desde la izquierda metió un centro que no alcanzó a conectar Bravo. El dominio era de San Martín pero le fue imposible abrir el surco en el área rival: a los 19 nuevamente lo tuvo el Verdinegro con una buena jugada colectiva que intentó definir Gelabert, pero el remate del "Pampa" se fue por encima del travesaño. ¿Barracas? Poco y nada. La visita recién intentó en el final, aprovechando el desgaste físico de San Martín y siempre teniendo como ejecutor al "Diez", Valenzuela y en el final un cabezazo de Bojanich que se fue cerca del palo de Ardente.
El complemento estuvo de más: imprecisiones, juego cortado, falta de ideas y jugadas muy lejos de los arcos. Comenzó jugando mejor San Martín pero a los 10" una mano en el área del defensor de Barracas Oreja, fue ignorada por el árbitro Dóvalo. Esa situación, de haber sido convalidada, hubiese cambiado quizás el transcurso del juego. Lo que quedó fue un bostezo. Un equipo que vino a defenderse y otro, el local, que nunca supo romper los esquemas y terminó lamentandose al igual que su gente, que en el cierre pidió por más actitud. Y claro, sin eso y sin fútbol, ganar es imposible.
San Martín acumula un triunfo de visitante, una derrota de local y tres empates.
Las claves
Le faltó precisión
San Martín comenzó de mayor a menor. De entrada no más intentó llevarse por delante a Barracas, pero le faltó precisión en los últimos metros. En el comienzo del partido fue cuando generó ocasiones pero le faltó ese toque final que hubiese cambiado la historia.
No tuvo ideas
Barracas trajo un esquema cerrado del medio hacia atrás que ejecutó a la perfección durante todo el partido. San Martín careció de ideas para romper esa monotonía, nunca llegó claro al área y atinó a centros desde afuera que nunca encontraron receptor.
Poca claridad ofensiva
San Martín continúa con el mal que lo aqueja desde la Superliga: la falta de gol. Ni Palacios Alvarenga, ni Osorio ni Bravo pudieron convertir. A la falta de generación de juego se le sumó la carencia ofensiva que sigue siendo el peor mal en San Martín.
El hincha se molestó y lo reflejó en el final
El hincha de San Martín no puede sacarse la espina del descenso. Para colmo, las dos presentaciones que tuvo el Verdinegro como local en el "Hilario Sánchez" no fueron las esperadas: perdió sobre la hora ante Estudiantes de Buenos Aires en la segunda fecha y ayer no pasó del pobre empate ante Barracas, por eso, al final del encuentro el malestar se hizo sentir y el pedido fue uno solo: actitud. "Jugadores siempre los alentamos, ustedes pongan huevo, nosotros alentamos…", fue el cántico que bajó de la popular y contagió a la platea. Incluso al final del encuentro, a la salida del público, varios hinchas le hicieron saber del malestar al presidente Jorge Miadosqui, quien observó el partido desde la platea Este. El equipo que ahora dirige Grelak no logra contagiar a la gente.