Las ganas y la búsqueda constante tuvieron su premio y River logró la hazaña en el Arena do Gremio. El Millo se impuso anoche por 2-1 ante Gremio, en Brasil, y logró la clasificación a la final de la Copa Libertadores, por el doble valor de las conquistas obtenidas como visitante, luego de haber perdido por 1-0 en el cotejo de ida jugado la semana pasada en el estadio Monumental. El colombiano Rafael Borré y Gonzalo Martínez le otorgaron el pasaporte a la sexta definición continental a los millonarios, luego de que los tricolores se pusieran en ventaja con un disparo de Leonardo Gomes
El conjunto argentino nunca bajó los brazos pese a todas las adversidades y dio vuelta el resultado ante un conjunto amarrete, que jugó a defenderse pese a ser alentado por miles de torcedores. Ahora, River enfrentará en la final al vencedor de la serie que hoy cerrarán Palmeiras y Boca, por lo que está latente una inédita definición argentina en el torneo continental.
River, con Marcelo Gallardo (suspendido) observando el juego desde una platea, tuvo mayor posesión de pelota y más remates al arco, pero no pudo traducir eso en goles durante la primera parte. Cuando más atacaba River, que jugaba todo en campo del rival, Gremio abrió el marcador. Desde fuera del área y tras una pelota parada, Leo Gomes sorprendió con un remate (desviado por Pratto) que se coló bien abajo de la estirada de Armani. Así, prácticamente sin haber pasado la mitad de cancha, el local se puso en ventaja.
El Millo no bajó los brazos y siguió atacando, con un remate de Borré que rozó el ángulo como una de las más claras.
River mostró oficio (como ante Cruzeiro en 2015) y jugará su sexta final de Copa Libertadores.
La segunda parte volvió a tener al equipo argentino manejando la pelota y presionando, pero sin profundidad. Gremio siguió buscando de contra, apoyado en su trabajo defensivo. Y mientras más atacaba River, más espacios dejaba. Así, Everton logró quedar mano a mano con Armani, que logró salvar a su equipo.
Con el paso de los minutos, River intensificó la ofensiva y el premio llegó a los 36, cuando Rafael Santos Borré anotó de cabeza y encendió la llama de la esperanza.
Seis minutos después, una mano de Bressan sancionada mediante el VAR fue traducida en penal. Y después de una gresca y las protestas de los jugadores de Gremio, que tuvieron frenado el partido durante 13 minutos, Pity Martínez soportó toda la presión de un estadio que se venía abajo y remató alto y cruzado. Fue gol y festejo desatado para el Millo, que luego cuidó el resultado y celebró una proeza, a lo River.