Era David contra Goliat. Era el poderoso San Martín de Rodeo contra la sencillez de Defensores de Chaparro y otra vez el fútbol equilibró las cosas para terminar ofreciendo un empate sin goles que dejó más que abierta la serie para definir el otro finalista de la edición de la Copa de Clubes Campeones. Es que los iglesianos no pudieron sacar ventajas ante la generosa entrega de Chaparro que dejó todo en la cancha. Fue intenso, duro, muy físico. Ahora, la historia se definirá en Iglesia, sabiendo que el que tiene más por perder será San Martín ante los de Santa Lucía que ya están más que hechos con haber llegado a estas instancias.
De entrada, el que asustó fue San Martín con una presión intensa que desacomodó la zaga de Chaparro. Guajardo y Sisterna se hicieron dueños de la pelota y fueron contra el arco de Araya, pero Chaparro aguantó ese vendaval inicial y se acomodó mejor a partir del laburo de Iber y de Diego Barrionuevo. Así, Dieguito Claro y Eric Corvalán encontraron asistencia para encarar el fondo iglesiano y llegaron las primeras señales de peligro para Lio Alcaraz. Es más, mejoró tanto Chaparro que sobre los 25" fue el propio Corvalán el que se demoró en la puerta del área cuando había ganado la posición y eso permitió el cierre de Castillo. Se hizo todo demasiado parejo y San Martín desnudó algunas limitaciones en la creación, tal vez con la conspiración de tener a Emiliano Guajardo demasiado estático en el medio y lejos de la izquierda que es donde pesa y desequilibra. Así, sin mucho abastecimiento, Victorio Martiní quedó condenado a la pelea solitaria contra los hermanos Cornie.
En el complemento se esperaba que otra vez las diferencias las pudiera hacer San Martín de Rodeo desde la parte física pero el corazón de Chaparro se bancó todo. Siguió siendo parejo el trámite y hasta en las opciones porque Diego Claro y Corvalán tuvieron sus opciones ante Alcaraz pero definieron desviado. Mientras que Martiní, demasiado forzado en todas, se las arregló para generar algo de peligro en el arco local. Llegaron los cambios pero poco cambió el trámite. Eric Muñoz ingresó en San Martín y propuso desborde desde la derecha. Tuvo una sola opción pero definió apenas cruzado.
Del otro lado, Chaparro apostó a recuperar energías con los ingresos de Saavedra y de Miranda pero ya no había la misma reacción. En los últimos 15" de partido, San Martín intentó buscar algo más pero siguió sin ideas para conseguirlo. Así, el empate fue tomando cuerpo y poniendo justicia en un partido que nunca terminó de levantar el vuelo que prometía. La sencillez de Chaparro potenció sus virtudes para terminar empatandole al gran candidato de esta edición de la Copa que sigue invicto y sabiendo que en Rodeo otra puede ser la historia. Quedan 90" por delante y todo el peso estará del lado iglesiano, sabiendo que Chaparro sabe de milagros y llegó a semifinales sin que nadie le regale nada.