No hay vuelta, el hombre sabe lo que hace y lo hace bien. Y a la vista está. Hace una semana, el director técnico Jorge Otiñano completó algo inédito en el hockey sobre patines sanjuanino. En tres días seguidos dirigió tres clubes diferentes que definieron títulos en tres categorías distintas. Para entender este fenómeno hay que contar por partes: el sábado dirigió a los chiquitos de Concepción que le ganaron la final a Richet, adjudicándose el Encuentro de Mini que organizó la Bancaria. Al día siguiente, guió a las chicas de la UVT que jugaron la final de la Liga Nacional Femenina frente a Concepción y que cayeron con gol de oro a dos segundos del final del juego. Y a la noche siguiente dirigió a la primera división de Bancaria, que se adjudicó el título en la Liga Nacional A-2 de varones derrotando a Richet y Zapata. Y, si a esa tripleta, se le agrega que este año también jugó con las chicas trinitenses la final del torneo Oficial local, con los bancarios la final de la Copa de Oro y fue campeón local y argentino con los chicos de Concepción, se entiende el porqué el “Negro” Otiñano -así lo conocen todos en el ambiente hockístico- es un tipo distinto…
“Yo siempre lo digo, soy un agradecido de mi trabajo. Hago lo que me gusta y lo que gano me sirve para mi vida. Por eso trato de ser profesional al máximo. Es simple, trabajo con seriedad y responsabilidad. Mi función como técnico llega hasta el momento que los jugadores están en la cancha. Ahí es cuando les toca definir a ellos. Y, en ese aspecto, tampoco me puedo quejar. Soy un privilegiado. Dirijo al mejor jugador del mundo en Bancaria (David Páez) y a la mejor jugadora del mundo en la Selección argentina (Luciana Agudo)”.
Otiñano se refirió a las tres últimas finales: “A los chicos del CPC es un placer dirigirlos. Por su inocencia, especialmente. Hace 25 años que trabajo con los niños en el club y lo disfruto al máximo. Con las chicas en la UVT es parecido. Fue duro perder la final de la Liga Nacional pero felicito a las chicas de Concepción. Perder con otro equipo que no hubiese sido CPC hubiera sido aún más doloroso. Y con los muchachos de la Bancaria, estoy orgulloso. David (Páez) representa un plus especial. Hacía muchos años que no jugaba partidos completos y con nosotros lo hizo. Tiene 38 años y está a la par de los pibes de 20. Estamos trabajando bien y el deseo es seguir”.
Con sus 43 años el “Negro” está a full. Y quiere más…

