Los días son pocos cuando se trata de volver a San Juan, a Las Casuarinas, a su tierra. Pero cada vez que puede, Luis Ángel Vildozo regresa a sus raíces y deja de ser ese delantero goleador que tiene 146 goles desde aquel debut en 2001 con la camiseta de All Boys para ser otra vez "El Ángel".

Ese fanático por la pelota que no se perdía picado en Las Casuarinas y que un día se animó a partir buscando su destino. Y El Ángel volvió a ser noticia para sacudir un momento complicado en Boca Juniors asestándole el golpe del final en la sorpresiva victoria de Aldosivi de Mar del Plata en La Bombonera. Pero eso no lo cambia.

Sabe que estar jugando en Primera División es un sueño que disfruta en la madurez porque ahora, sabe lo que cuesta llegar. Porque empezó más que desde abajo. Primero en esa prueba que hizo Renato Cesarini en Caucete donde llegó con más ganas que nada y quedó. Fue aprender a estar lejos de Las Casuarinas, de su gente, de los afectos. Aguantó hasta que All Boys le abrió las puertas para empezar a hacer goles.

A partir de ese 2001, Vildozo no paró. Comunicaciones fue escala hasta que salió la chance de ir a Unión Española en Chile en 2008, luego el paso goleador por Unión San Felipe para jugar incluso Copa Sudamericana. Más tarde, el Olmedo de Ecuador lo tentó pero regresó a Chile para jugar por San Felipe nuevamente.

Con la mayor de sus nenas ya por empezar el colegio, en 2011 Ángel decidió la vuelta a Argentina para hacer goles en Colegiales y abrir otra puerta en All Boys donde la chance fue pelear Primera División. Se dio ese gran sueño y Vildozo lo vivió a full pero el descenso del Albo de Floresta lo llevó a Mar del Plata donde peleó por ascender, pasando por San Juan como rival de San Martín, hasta llegar otra vez a ser de Primera. Era cuestión de esperar el momento para ser noticia y a los 43′ del segundo tiempo no se puso nada nervioso para definir con clase ante Orión y rematar a un Boca herido. Pero Vildozo no se las creyó, si total después volvió a ser el de siempre: El Ángel.