A todos les sobra experiencia. Jugaron juntos y gracias al fút­bol conformaron una amistad que sigue latente. Vivieron vic­torias y también derrotas. El fút­bol los separó. Emigraron de San Juan para sumar logros con otras camisetas. Hoy el destino los volvió a juntar en el mismo equipo. Se trata de Ariel Barth, Mauricio Del Cero, Augusto Álvarez y los sanjuaninos Em­manuel Campo y Cristian Pérez, quienes actualmente son piezas fundamentales en Sportivo Pe­ñarol, pero ellos mismos fueron la base con la que Desampara­dos, consiguió el ascenso a la B Nacional en el 2011.

Todos, palpi­taron la previa ante su ex club y se ilusionaron con poder triun­far ante el Víbora para encolum­narse de una vez por todas en el primer objetivo que vinieron a buscar al Bohemio: la clasifica­ción.

Si bien casi todos reconocieron que enfrentarse a Desamparados será especial, expresaron sin atenuantes que el triunfo será lo único que buscarán ante su ex club. “Sabemos que va a ser duro pero tenemos mucha confianza. Tenemos que ganar para encon­trar una regularidad que nos permita prendernos arriba”, abrió Cristian Pérez, quien es el goleador del Bohemio y el único de los cinco que ya sabe lo que es enfrentarse a su ex club y tam­bién conoce demasiado de la fa­mosa “ley del ex”. “El año pasa­do le hice un gol a Sportivo.

En esa ocasión no me nació gritar­lo”, expresó el “Jachallero”, re­conocido hincha de Peñarol. Para Emmanuel Campo la histo­ria es otra. Es que el volante cen­tral surgió de las inferiores de Desamparados y se cruzará por primera vez en su vida ante el club que lo mamó en donde in­cluso juega su hermano menor Ariel. “Es un partido especial por lo que viví ahí, pasé muchos años en ese club. Pero soy profe­sional y ahora estoy defendiendo otra camiseta.

Tenemos que ga­nar para meternos en la pelea y de alguna manera devolverle a Peñarol la confianza que me brindó” sostuvo Campo, quien viene de jugar en Central Norte de Salta después de ascender con Madryn al Federal A. Otro que llega de ese club y que también formó parte de esos ascensos es el defensor Mauricio Del Cero. “Tenemos que ganar. De no ser así quedaríamos lejos y depende­ríamos de otros. El primer obje­tivo es clasificar, ¿si podemos re­petir lo hecho en el 2011? son otras condiciones y son otras las circunstancias. No es fácil as­cender pero daremos lo mejor”, aclaró el bahiense quien fue ca­pitán en el ascenso del 2011. A su lado, en la zaga de centrales esta­rá Ariel Barth, el experimentado defensor volvió a San Juan por­que la propuesta del bohemio lo sedujo.

“Vine porque Peñarol apuesta fuerte además porque habían varios amigos en el plan­tel”, expresó el defensor quien reconoció que jugar contra su ex club, será diferente: “Tengo anécdotas muy lindas de Sporti­vo, pero ahora estamos en Peña­rol y tenemos que ganar”. sostu­vo quien viene de Maipú pero que antes jugó una final por el ascenso al Nacional con Juven­tud Unida de San Luis. Por su parte, Augusto Álvarez retornó a la provincia después de haber sumado experiencia en San Lo­renzo y ascendido a la Primera de Chile con Cobresal: “Estoy muy contento de estar en Peña­rol. Estar con amigos es una mo­tivación para conseguir cosas importantes. Todos tenemos lin­dos recuerdos de Sportivo, pero ahora es otra la historia y nos de­bemos a este club. Queremos ha­cer lo mejor para clasificar y ga­nando daremos un gran paso”, reconoció el rubio santafecino.

Sobre como los tratará el hincha de Sportivo, no quisieron aven­turarse. “Creo que nos tratarán bien porque siempre dimos lo mejor por el club. Igual sabemos que cualquier hincha es especial cuando te ve con otra camiseta y ahora nos toca estar en la vereda de enfrente”, reconoció Campo.

Por su parte Barth, agregó: “Me crucé con varios hinchas y me desearon lo mejor con mi nuevo club. Incluso me sigo escribien­do con varios. Espero que tengan los mejores recuerdos como yo tengo de ellos. Esto es fútbol y deben entender que ahora defen­demos otra camiseta”, contó.Los cinco amigos sueñan junto al resto del plantel que dirige Fu­llana, repetir la hazaña del 2011. Con la experiencia que traen en sus hombros, nada es imposible.