El rey ha vuelto. Independiente, el Independiente de América, quiere recuperar esa mística que tanta gloria le entregó y anoche dio el primer paso, metiéndose otra vez en una final continental, luego de 15 años. Tras vencer por 2-1 a la Liga de Quito, Ecuador, Independiente se puso cara a cara con la gloria después de muchos años de frustraciones y ahora irá ante el Goias de Brasil por la corona de la Copa Sudamericana. En la anterior definición, de 1995 y la entonces Supercopa sudamericana, el Rojo también se midió con un equipo brasileño (Flamengo) y se impuso por ganar 2-0 de local y perder 0-1 de visitante.

No fue sencillo ayer el trámite para el equipo del "Turco" Mohamed. Enfrente tuvo a un rival ya acostumbrado a las instancias decisivas de cualquier certamen y casi le complica la noche de fiesta en Avellaneda. Parecía que el gol de Facundo Parra, a los 26′ del primer tiempo, simplificaba todo par el Rojo, sin embargo, el mazazo de Juan Manuel Salgueiro para empatar en el descuento de esa primera fracción, puso suspenso. Pero Independiente, aliado de una serie positiva que se vio allá en Quito con aquel zapatazo de Mareque que lo puso en carrera (de ir perdiendo 0-3, ese tanto lo dejó 2-3, con el previo descuento de Silvera), ayer se volvió a repetir para su beneficio cuando a los 30 segundos del complemento, Hernán Fredes aprovechó un error en la salida ecuatoriana y puso el 2-1 que sería ya definitivo.

La Liga lo buscó con sus armas y casi logra la hazaña. Incluso, en los últimos 10 minutos estuvo a tiro del empate, primero con un remate en el palo y luego con una sensacional tapada de Hilario Navarro.

Si alguna cualidad definió a la serie semifinal fue la la intensidad con la que la jugaron. De entrada, obligado a remontar el 2-3 de la ida, Independiente apostó a tres puntas con Gómez, Silvera y Parra. Presionó, buscó y generó más intenciones que llegadas pero apostó a no rifar la pelota, a tratarla siempre con el cuidado que se merece y así, eligió ir en busca de su destino. No había llegado con demasiado peligro al arco de Ceballos pero a los 26′ tras un corner mal despejado por el fondo ecuatoriano, la pelota volvió al arco y luego de una habilitación de Mareque, Facundo Parra clavó el 1-0 que servía para ser finalista hasta ese momento del partido.

La Liga intentó sacudirse. Jugó a lo que siente, presionó, salió más y si bien nunca puso en apuros a Navarro, en una jugada sorpresiva que armó Hernán Barcos aguantando la pelota para buscar a Salgueiro que, en una rápida decisión, eligió definir de zurda al primer palo del arquero de Independiente. Un baldazo de agua fría.

En el complemento, más apurado, Independiente salió a matar o morir y en la primera que se le presentó, logró lo que tanto quería: el gol de la clasificación. Intentó salir el fondo de la Liga, la sacaron mal, ganó la presión de Independiente y Hernán Fredes no se lo perdonó. 2-1 y ahora si, a aguantar protegiéndose con la pelota para lograr meterse en esa final que tanto añora la historia de Independiente. El rey de copas quiere su corona y después de mucho tiempo, ya la está esperando.