Gracias por no rendirte. Gracias por seguir luchando por ese sueño. Gracias, porque pocos logran salir de la oscuridad con una resciliencia que solo pocos jugadores logran hacer. Angel Di María es el jugador de las mil batallas. El que sin entregarse nunca, resistió, se hizo fuerte ante las críticas y comenzó a crear su mejor versión. Pasó de la oscuridad y de estar en el ocaso del mundo futbolero, a ser figura de la Selección argentina que este 18 de diciembre lo premió con la Copa del Mundo que tanto soñó.

Nació en Rosario, apenas unos meses después de que naciera un tal Lionel Messi. Creció en la humildad. Como muchas veces lo contó, su infancia se la pasó ayudando a su padre a embolsar carbón. "Las paredes eran blancas pero nunca las vi blancas", expresó con la sinceridad que lo caracteriza muchas veces cuando rememoró esas extensas jornadas de su niñez, cuando su casa se teñía de negro por el hollín que desprendía el carbón. Después de trabajar -o jugar como lo calificaba él- venía el otro disfrute: su mamá lo trasladaba en la bici hasta Rosario Central, que lo había fichado después de que ese niño flaco y espigado, brillara en los torneos barriales. 

Y Di María fue creciendo y brillando. Dejó atrás su timídez y comenzó a fortalecer su personalidad. Mucho tuvo que ver su esposa Jorgelina Cardozo, el respaldo y el pilar de un jugador que pasó por todas. La vida le tenía preparadas duras batallas y una de esas fue pasar por el duro momento por problemas de salud de su hija mayor, que había nacido prematura. Esas batallas lo fueron haciendo más duro. Se llamó a silencio cuando pasó por años difíciles, se mantuvo en el ocaso por las duras críticas que recibió y los periodistas opinólogos que hasta se metieron con su vida privada.

Di María sin embargo, no cambió su sencillez. A San Juan le regaló un mimo especial cuando en el 2016, llegó junto a la Selección y pudo reencontrarse con Rosita, su abuelita del corazón. Es que la familia Suárez lo albergó de niño cuando llegó para jugar el Mundialito de Trinidad y con los años perdió contacto con el jugador. Una entrevista de este medio contando el deseo de Rosita por reencontrarse con su regalón, le llegó a Jorgelina e inmediatamente Angel hizo su gestión (la rosarina se contactó por Facebook con este medio) para darle la sorpresa a la abuela sanjuanina. Angel pidió una sola cosa: que no hubiera cámaras. Él quería que el reencuentro sea íntimo con la familia Suárez a quienes recibió en el hotel. Otra clara muestra más de su humildad.

Hoy, un 18 de diciembre de 2022 en Doha, le llegó la revancha de ese 2014 cuando previo a jugar la final del Mundial en Brasil, le llegó esa carta del Real Madrid que él mismo hizo pedazos por sus ganas de estar representando la camiseta de la Selección. "El que tiene que decidir soy yo", dijo cuando el club español exigía que no jugara infiltrado la final por temor a que se lesionara. Pero él quería estar y por eso su decisión de hacer vista gorda a la carta. Esa hombría y ese coraje arriesgando su carrera por querer estar en la Selección, describió a la perfección el sentimiento y el hambre de gloria que tuvo siempre. 

Del ocaso, de la oscuridad y de las críticas, hizo su mejor versión. Con el clásico corazón formado con sus manos, Angelito fue fortaleciéndose como el corazón y el alma de la Selección. Comenzó a relucirlo en Brasil, cuando en el mismísimo Maracaná, se despachó con un gol tremendo que le terminó dando el título a la Selección. Ese título marcó el camino para que hoy todo un país tuviera su premio. Porque estos últimos años lo afianzaron como una de las grandes figuras de la Selección y en Qatar, este domingo volvió a brillar. Con una definición impecable anotó el 2 a 0 y participó siempre en las jugadas clave del encuentro, por eso su salida se notó. No estaba al cien por ciento en lo físico para bancarse los 90 minutos por eso lo sufrió. Pero sus compañeros, con sufrimiento, le pusieron la frutilla al postre a un título que Angel siempre soñó. El jugador de las mil batallas esta vez tuvo el premio a la perseverancia, a la resiliencia que lo marcó. ¿Vendrá el retiro de la Selección? Eso el tiempo lo dirá pero de parte de todo un país, gracias Ángel corazón…