San Martín y Desamparados se encuentran de cara a partidos que seguramente marcarán un punto de inflexión para ambos este año. Los clásicos a los que cada uno debe enfrentarse son justamente eso: partidos que modifican estados de ánimos de forma más que trascendente.
Por el lado del Verdinegro el presente resulta algo más alentador que entre los puyutanos. El empate sin goles frente a Racing lo dejó de cara al cruce ante Godoy Cruz en Mendoza, el miércoles 26, con una mirada expectante. El último lugar en los promedios lo tiene complicado al equipo de Garnero, pero todos son conscientes en Concepción que un triunfo en el domicilio del Tomba puede ser el puntapié para el famoso despegue. Claro que una derrota puede tener consecuencias anímicas importantes teniendo en cuenta que el choque ante los mendocinos representa mucho más que tres puntos.
Por el lado Víbora el cuadro de situación parece algo más complicado. Metido en Promoción, el equipo de Bonetto se juega muchísimo en el cruce del 30 ante Independiente Rivadavia en el Bicentenario. Los siete goles recibidos en los últimos dos juegos lo dejaron al equipo y al DT en jaque. Y de esa posición incómoda saldrá con una alegría ante el equipo de un tal Ricardo Dillon. Un nuevo traspié podría tener consecuencias determinantes en el ciclo del cordobés.
