La última curva cerrada abrió paso a una imagen espectacular. Unas 400 personas esperaban la llegada de la etapa en la parte más alta del Colorado. El público seguidor sabía que éste era el parcial decisivo y por eso no quiso perderse el desenlace, además de aprovechar el imponente paisaje.
Al mediodía, cuando culminó la etapa, ya había gente haciendo asados o tomando mate, disfrutando de un lugar particular donde hay brisa fresca constante y un sol que no se siente. Así, entre los fanáticos, estaba la familia Garay, que bandera mediante de Montivero, no se cansó de alentar al Pato. Luego de la desconcentración, en el lugar se quedaron varias familias almorzando. El resto, se vino con la larga caravana.

