Buenos Aires, 13 de agosto.- "¡Riquelme! ¡Riquelme! ¡Riquelme!", la ovación retumbaba en la Bombonera luego de un muy flojo primer tiempo de Boca. Julio Falcioni cruzó la cancha con tranquilidad, sin mirar a nadie. En el momento en el que más se escuchaba el grito por el 10, el entrenador hizo un gesto extraño, con las señas de "están todos locos". Tras la victoria por 2 a 0, el entrenador negó que su reacción tuviera que ver con el grito de los hinchas.