Argentina consiguió la mejor producción en lo que va del Mundial. Festejó en 13 oportunidades, pero quien más veces grito fue Emanuel García. Sus cuatro conversiones, todas en el segundo tiempo, fueron cerrando una noche que se empezó a definir faltando 14 segundos del primer tiempo, y que se liquidó en el complemento, donde Ema fue factor fundamental para concretar y asistir.
Emanuel, quien siempre entró en el quinteto inicial, le devolvió con goles la confianza a Martinazzo. Fueron de diferentes definiciones, pero lo que siempre repitió fue el festejo. Beso en el antebrazo y mirando a la platea oeste para dedicárselo a su esposa Paola y su futura heredera, Lara, quien nacerá en noviembre. Como para redondear una noche ideal, aunque todavía el sueño no termina en un año muy diferente para el medio que surgió en Estudiantil, y que tras 12 años jugando en el Porto de Portugal, la próxima temporada militará en el Viarregio de Italia.
En el primer tiempo José lo fue rotando, pero en sus acciones el desequilibrio estaba pactado, aunque lejos del gol. Rol protagónico que tomó en el complemento para cerca de los 8’ y en una acción individual, poner el sexto de la albiceleste y el primero en su cuenta personal.
A partir de ahí llegó el vendaval de argentino. La fiesta en el área chilena. Los festejos a granel. Y más allá que siete de los ocho jugadores de campo anotaron, en las estadísticas fue el “Ema” quien cuatriplicó el gritó para ser el hombre gol de la noche.
Estampó el noveno de contra. Para luego ponerle el moño y cerrar el triunfo. Festejó el undécimo y el decimotercero tras la asistencia de Alvarez. Para en una noche goleadora, Ema García, ser el nombre del gol.

