Lista contra lista, los nombres de este Argentina coinciden en un altísimo porcentaje con los que utilizó el seleccionado en el Mundial de Brasil 2014. En el modelo es donde empiezan a aparecer esas “pequeñas” grandes diferencias que marcan otro perfil en este seleccionado de Gerardo Martino. La línea de cuatro en defensa no se toca, pero el funcionamiento de las piezas es lo que marca otro perfil. Con este modelo de Martino, los dos laterales pasan mucho más seguido con referencia a lo que hacían con Sabella. El caso de Marcos Rojo no es tan diferente pero anoche con Roncaglia y más adelante con Zabaleta, el costado derecho tendrá mucha más presencia en el ataque.
En el medio, la dupla de volantes de recuperación es similar en sus movimientos a lo que hacían Mascherano y Biglia en Brasil 2014, sólo que ahora con Gago y Banegas en San Juan, los dos trataron de recuperar pero apostaron mucho a salir a presionar bien arriba y no esperar tanto. El caso especial en el medio es el volante suelto que Javier Pastore encarnó ante Bolivia y que con Messi y el resto ya integrados, seguramente será propiedad de Di María. De ese volante sale la sorpresa, el cambio de ritmo y la asistencia profunda para los tres delanteros que este modelo contempla.
Argentina será eso en la Copa América Chile 2015. Un equipo que fue cuajado en el sentido ofensivo del fútbol, con muy buen trato de la pelota siempre, con más riesgos en la postura en el campo de juego y sin dejarle mucha iniciativa al rival. En los nombres, no cambiaron mucho las elecciones de los entrenadores. Con Sabella y con Martino hay muchas coincidencias pero la diferencia sustancial está en la concepción del juego, en ser ofensivos siempre a partir de la posesión de la pelota, cuidándola desde la salida del arquero, sin pelotazos sin dividirla jamas. Argentina es lo que es a partir de sus nombres y en la cancha, jugando a lo que siente.

