¿Qué otra cosa mala le podría haber pasado a este San Martín en su expedición por Jujuy para visitar a Gimnasia? No queda otra que utilizar a fondo la imaginación para encontrar posibles respuestas. Es que el Verdinegro anduvo torcido en el Norte del país, casi una costumbre cuando le toca visitar al Lobo. El 1-2 final que se trajo después de hacer el viaje más largo en colectivo de la temporada (1.168 kms. de traslado) es sólo una arista del mal paso. Además, quedó a la expectativa de lo que haga esta noche Atlético Tucumán que, si vence a Central, le habrá sacado la punta. Pero eso no es todo, porque encima al equipo sanjuanino se le lesionaron cuatro jugadores.
Acaso una de las pocas cosas positivas sean los primeros 45′ del equipo a nivel de juego, no de resultado porque en ese tiempo se fue abajo con el finalmente 2-1 a favor de los de Pancho Ferrero. De movida, el equipo asimiló bien las salidas inesperadas de Alderete y Poggi (ver aparte). Acosta jugó un partidazo y no sólo por su sablazo de derecha que estampó la igualdad, si no porque fue salida y también garantía en la marca. Videla ratificó que se siente más cómodo como único cinco, aunque el que se ve desfavorecido es claramente Scatolaro, de poca participación y a veces a contramano del equipo. San Martín no tradujo el buen dominio del balón, los desbordes por ambos costados y la supremacía en el terreno en el resultado ya que las dos veces que se equivocó las pagó muy caro. Un error en la salida de Scatolaro, derivó en el mano a mano de Balvorín con Pocrnjic que ganó el tucumano, incluso gambeteando al arquero. El impacto no fue tan duro porque a los cinco minutos, igualó Acosta para la visita, tras un buen pase de Scatolaro. Messera entró en sintonía más que nunca con sus compañeros en ese momento y el público jujeño, que nunca antes había visto dos goles del Lobo en un mismo partido esta temporada, empezó a impacientarse. La ecuación para el local se simplificó en la última jugada de la etapa inicial cuando Machado cabeceó solo un córner para irse al descanso arriba.
Gimnasia, que hacía tres fechas que no ganaba e incluso no había marcado goles en las mismas, cuidó el triunfo como oro. Mordió al puntero en todos lados y marcó de forma escalonada a Messera. Pese a ello, San Martín casi lo empata con dos derechazos desde afuera del área: el primero a través de Penco que Bagardino sacó con el hombro y el segundo de Cólzera que en este caso el uno desvió con una volada espectacular. También es cierto que el local casi lo liquida con un remate de Romero que tapó Pocrnjic y con una trepada de Carretero que por poco no desvió un centro de Di Vanni. Los cambios de Franco no pudieron torcer la historia en Jujuy y así una vez más San Martín dejó el "23 de agosto" con tristeza. A esta altura parece un karma y si no basta con ver que de los nueve partidos que visitó al Lobo cayó en siete y sólo ganó una vez, hace casi una década.
