Ganó, gustó, goleó y hasta se floreó. Jugó tan simple y bonito al fútbol, que hasta fue aplaudido por el público Víbora. Un equipo maduro, sólido, que sabe lo que quiere. Siempre salió jugando limpito, como manda el libreto. En el medio mordió y jugó a un toque. Arriba ni hablar, los hechos hablan solos. El líder e invicto, Trinidad vapuleó 3-0 a Desamparados. ¿Alguien podrá parar al León?. "No sé si alguien nos pueda ganar", dijo Walter Costa. Muchos jugadores empiezan soñar con los 11 puntos de ventaja sobre sus 3 perseguidores.
Sportivo fue una lágrima, sin rumbo e ideas. Una caída preocupante a futuro, porque el Víbora comienza a peligrar en la tabla del descenso.
En el comienzo Trinidad tomó el mando, bien parado en el medio con Costa, que fue un relojito. Desamparados estaba perdido, desorientado.
En el León, Muñoz y Guajardo tejieron cada avance y supieron asociarse con los delanteros. Pronto Trinidad hirió al Víbora con el gol de Leonardo Tejada. Tan grave era la situación de Sportivo, que el defensor Emanuel Escudero era de lo mejor. Desde la solidez defensiva nació el segundo y Leonardo Tejada con gran categoría hundió aún más el barco Puyutano, 2-0.
En la parte final el Víbora tocado en su amor propio mostró otra cara. Sin fútbol, pero con actitud. Pero Trinidad no le dio tiempo a revivir y Martiní cerro el partido con complicidad de Sambor. Ortiz casi hace el gol del honor, pero Lavorante voló para la foto. Y para colmo sobre la hora, invadido por la bronca, Darío Rodríguez vio la roja. Trinidad ganó gustó y goleó.

