El gran impacto lo habían dado hace ocho años, en Guadalajara, cuando Brasil se puso enfrente y ellos se transformaron en Gladiadores para ganarle la final de los Juegos Panamericanos. La de esta noche en el polideportivo 1 de la Villa Deportivo Nacional de Lima no fue una revancha de Toronto 2015 porque enfrente estaba Chile, el sorprendente finalista al eliminar al seleccionado brasileño. Pero no importó. En juego había algo más importante, algo que Argentina quería reconquistar: el oro y la clasificación olímpica. Y lo logró con un gran triunfo por 31-27, apoyado en la enorme figura de Diego Simonet.
Era una final. Se sentía adentro y afuera de la cancha en uno de los estadio de la Villa Deportiva Nacional (VIDENA) de Lima. Los hinchas argentinos -en su mayoría familiares- ocuparon una tribuna lateral, mientras que los chilenos y una porción de argentinos compartieron la que está detrás del arco.
En el comienzo del duelo, Argentina sacó rápidamente distancias en el marcador, como para hacerle sentir a su rival el peso de su mayor experiencia. Se fue cuatro goles arriba de entrada e iban poco más de seis minutos en el partido cuando Chile pudo anotar su primer tanto, gracias a un penal que llegó después de un tiempo muerto pedido por su entrenador.
El seleccionado trasandino achicó la brecha un poco más hasta dejarla en solo un gol a los 15 minutos, y por eso Manuel Cadenas llamó a sus jugadores al banco. Aunque la ventaja se recuperó, minutos después, la suspensión de Pablo Vainstein por dos minutos ayudó a que Chile volviera a quedar a uno por intermedio de Erwin Feuchtmann, quien fue también el responsable de lograr el empate parcial (10-10) desde los 7 metros.
Chile no se detuvo y a los 22 pasó al frente por primera vez. Incluso, con un rápido gol de Baroneto llevó el juego 12 a 10 a su favor. Sin embargo, Los Gladiadores no se resignaron. A puro empuje, con el olfato inalterable del Chino Simonet y atajadas clave de Matías Schulz volvieron a ponerse arriba en el marcador gracias a un golazo del jugador de la liga de Francia.
El último minuto se jugó con seis hombres por lado. Y aunque Emil Feuchtmann descontó, Argentina logró irse al descanso 15 a 14.
El segundo tiempo comenzó con un Chino Simonet imparable: sus tres goles llevaron la diferencia a cuatro (18-14) aún cuando Argentina tenía un hombre menos por la sanción a Federico Fernández. Ese aporte goleador del mejor jugador de la cancha, sumado a dos atajadas (una con el pie) de Schulz y dos tiros al palo, le dieron tranquilidad a la selección.
El reingreso de Fernández fue otra clave. Al volver a la cancha, el número 2 anotó por duplicado y luego Pablo Simonet se aprovechó de un arco vacío para dejar el marcador 21-15. Poco después se dio la máxima ventaja de Argentina en el partido: siete puntos.
Con Chile cometiendo muchas faltas, que lo dejaban por varios pasajes con uno o dos jugadores menos, parecía difícil que el oro pudiera escapársele a la selección. Aguardaron pacientes los jugadores y los hinchas. A 30 segundos del final, entonces, el "dale campeón" empezó a sonar. Los Gladiadores son campeones nuevamente de los Juegos Panamericanos, como en 2011. Y se llevan, claro, el pasaje a Tokio 2020.