Hace más de dos años se fue en silencio. Inmerso en un conflicto con la dirigencia que le quitó espacio en el plantel mayor de San Martín y que tras una larga inactividad lo llevó al ultra desconocido Asteras Tripolis, de Grecia. Sí, increíble pero real, ese flaquito que debutó en la Primera del Verdinegro con apenas 17 años se perdía en un fútbol de tercer o cuarto nivel. Malas decisiones y, quizá también, malos consejos, le provocaron dejar pasar una chance clave en su prominente carrera, que lo llevó a calzarse la clásica número 10 en la espalda. Luego de su paso por Europa, el año pasado recaló en un histórico del ascenso argentino: Olimpo de Bahía Blanca. La pandemia le cortó el envión que había tomado en el Federal A y fue entonces cuando apareció la chance de una segunda parte en su San Martín querido. Tras limar asperezas del pasado con la Comisión Directiva, llegó el broche en el nuevo contrato y un ‘renacer’ a los 26 años.
“Me siento muy feliz de haber vuelto a San Martín. Como en la vida, y el fútbol no es la excepción, uno va madurando. Aprendiendo. Dándose cuenta de cosas que antes no veía y entonces uno asimila las situaciones de otra manera. En ese camino me encuentro ahora, aprendiendo y escuchando mucho”, resumió Salas, luego de completar la segunda semana de entrenamientos con el plantel que conduce Paulo Ferrari.
Su técnica y el conocimiento del juego lo llevaron a ser ponderado por un ‘10’ que fue referencia para muchos en su época de futbolista e incluso lo ascendió a San Martín como entrenador en el 2011: Daniel Garnero. Fue él quien lo hizo debutar en la Copa Argentina ante Sarmiento de Junin, cuando la camiseta le quedaba varios talles más grandes. “Busco recuperar el nivel que tuve cuando empecé. Volver a ser aquel que podía hacer cosas buenas para el equipo y ayudar desde mi lugar de juego. Esa es mi intención al llegar otra vez a San Martín, que la verdad me recibió con los brazos abiertos”, resumió.
Sobre el trato que ha tenido con el entrenador, el volante sostuvo que “Ferrari me pidió que me ponga bien desde lo físico, y me reconoció que él ya sabe cómo juego y qué le puedo dar al equipo. Espero cumplirle en todo lo que me pida”.
Salas ha ganado en kilos y experiencia desde su partida. La calidad seguramente no la perdió y por eso tiene un plus para cumplir su intención de volver al pasado. “Siento que voy tomando ritmo de a poco. Mis compañeros me llevan cinco semanas de entrenamiento y eso es algo que se nota. Pero con este retraso que tuvo el inicio, seguramente me servirá como para recuperar más tiempo”, aseveró.
Volvió Salas. Ese pibe con futuro de crack que buscará dar el salto de calidad, ya más maduro y con algunas experiencias aprendidas. Ese al que Garnero más de una vez le ‘pidió’ que debía “dejar de ser Luquitas para ser Lucas”. ¿Podrá? En eso está.
- Ya sin la burbuja
Desde el domingo pasado y hasta el jueves, el plantel verdinegro realizó una burbuja sanitaria en el Apart Hotel Villa Don Tomás durante esos días buscando estar todos juntos para ir del entrenamiento al hospedaje. Se hicieron algunas jornadas de doble turno de prácticas y desde ayer, ya los trabajos son en el estadio o el predio Emmanuel Mas.
La idea es continuar así e incluso sumarle la próxima semana algún amistoso, que se suspendió en su momento por los casos de positivos que tuvo el plantel. Respecto a los cuatro jugadores y al integrante del cuerpo técnico que se contagiaron, ya se encuentran recuperados y se sumaron a los trabajos normalmente.
Definen el torneo
La semana próxima será definitoria para el futuro desarrollo de la atípica temporada de la Primera Nacional. El presidente de San Martín, Jorge Miadosqui, admitió que el comienzo será recién el 21 de noviembre y que el sistema de campeonato, con zonas y forma de disputa, quedarán decididos recién en esta semana entrante, con un modelo más que reducido.