La negativa de la FIFA a utilizar la tecnología para ayudar a decidir sobre jugadas dudosas dejó al fútbol más aislado respecto al resto de los deportes internacionales, aferrándose a la idea de que el error humano es preferible a depender de una computadora.

Mientras otros deportes aceptaron el uso de repeticiones de video o sistemas infrarrojos para revisar anotaciones u otras jugadas dudosas, la entidad que rige el fútbol descartó a comienzos de este año el uso de cualquier herramienta tecnológica en un futuro cercano. Y lo ratificó ayer.

El tema se reavivó luego de que decisiones tomadas por árbitros, las cuales fueron demostradas como incorrectas por las repeticiones, alteraron el equilibrio de dos de los partidos de octavos de final del Mundial de Sudáfrica jugados el domingo. Primero fue un disparo del centrocampista Frank Lampard que dio en el travesaño del arco de Alemania y picó claramente tras la línea cuando Inglaterra estaba intentando recuperarse mientras perdía 2-1. Alemania terminó goleando 4-1. Luego, México estaba jugando mejor que Argentina cuando Carlos Tevez anotó de cabeza en clara posición adelantada, abriendo el camino para el triunfo 3-1 de los dirigidos por Diego Maradona.

Ayer, el portavoz de la FIFA Nicolas Maingot afirmó que el ente superior del fútbol seguirá manteniendo la misma postura y se refirió a los recientes comentarios del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, quien reiteró su oposición al uso de tecnología: "El deporte debe jugarse de la misma manera, no importa dónde quiera que estés en el mundo. La simplicidad y la universalidad del juego es una de las razones de su éxito".

"No importa qué tecnología sea aplicada, al final la decisión deberá ser tomada por un ser humano. Ese es el caso, ¿por qué quieren quitarle responsabilidad a los árbitros para dársela a alguien más?", continuó.

Por lo pronto, la FIFA sí reconoció que para fin de año se estudiará si se asignan dos asistentes más para el árbitro principal, como ya puso en práctica la UEFA en la Liga de Europa. Y además, ayer decidió que no se repitan las jugadas en las pantallas gigantes de los estadios de Sudáfrica, para que no queden mal parados los árbitros o se tienten de tomar una decisión al verla en la pantalla.

Los hinchas, jugadores y entrenadores críticos de esa postura podrían argumentar que en ciertos casos -entre ellos los partidos del domingo- dar la responsabilidad a otros llevaría a una decisión más precisa.

Si la FIFA decidiera abrir nuevamente el debate, no sería sencillo que todos los sectores acuerden para qué circunstancias deben aplicarse las nuevas tecnologías. Sin ir más lejos, en los últimos dos acontecimientos son dos conflictos de diferente naturaleza. Porque en uno no se cobró un gol que se solucionaría con un sensor (la cámara sobre la línea de gol se utilizó en un mundial sub 17 pero los resultados no conformaron a la FIFA). Y en el otro, no se sancionó una posición adelantada y ahí se necesitará a un árbitro frente a un monitor para ver las repeticiones de las jugadas. Entonces, también se reclamará para sancionar otras jugadas, como los penales dudosos por ejemplo.