
¿Se acabó la era Sampaoli? La respuesta parece ser que sí, aunque el Pelado se siente mañana en el banco de la Selección argentina. Es que el "poder’ lo tienen, más que nunca, los propios futbolistas. Eso queda claro luego de tantos cónclaves post 0-3 ante Croacia y la decisión del propio presidente de la AFA, el sanjuanino Claudio Tapia, de ponerse del lado de los player en detrimento del poder de decisión del santafesino. Al fin y al cabo, el Chiqui sabe que luego del Mundial el contrato hasta el 2022 con el DT será una mera anécdota.
En lo futbolístico, el arquero Franco Armani, el delantero Gonzalo Higuaín y los mediocampistas Éver Banega y Ángel Di María trabajaron ayer en el equipo titular que mañana ante Nigeria se jugará la última carta para llegar a los octavos de final de la Copa del Mundo.

La tórrida mañana de Bronnitsy, con 32 grados a la sombra y una resolana abrasadora, encontró a los 23 integrantes del plantel argentino entrenando en el día del cumpleaños número 31 de Lionel Messi (ver aparte), que con sus habituales botines verde flúo se fue acomodando en las orillas del grupo de trabajo.
Mientras, del otro lado, a unos 20 metros, Jorge Sampaoli iba y venía, como suele hacerlo en los partidos, con la libretita de "almacenero" en la que tenía los primeros 11 nombres para el martes, que fueron los que compusieron un 4-4-2 que no solamente tiene otra vez cuatro variantes, sino que además vuelve al esquema del partido inaugural frente a Islandia, el preferido de los propios futbolistas.
El debut absoluto de Armani con la Selección argentina en un partido mundialista decisivo, más la inclusión de tres históricos como Higuaín, Di María y Banega, marca un nuevo cambio de rumbo, el tercero en otros tantos partidos mundialistas.
La tormenta de versiones sobre las diferencias entre los jugadores y el cuerpo técnico dejó sus secuelas, hizo daño, impactó en el seno de la delegación.
Por eso ayer algunas caras visibles como la del presidente de AFA, Claudio Tapia, y Mascherano salieron a "limpiar las calles" de todos los escombros que quedaron esparcidos aquí y allá.
Pero los esfuerzos parecen infructuosos dado el "modo avión" con que se manejó el grupo durante el entrenamiento, siempre en silencio, sin las risas ni las bromas habituales, con rostros abrumados por la frustración y la presión.
El entrenamiento dejó la sensación de que una victoria con clasificación a octavos ante Nigeria podría empezar a maquillar el ambiente interno. Maquillar, no modificar.
La "cumbre" entre el presidente de AFA, los referentes del plantel y Jorge Sampaoli fue reconocida por quienes asistieron a ella, así como las diferencias ya explicitadas, tal como sostuvo durante la conferencia de prensa post práctica el ayer volante suplente Lucas Biglia, compañero de pieza de Mascherano, con quien formó un doble cinco en el debut con Islandia.
>> Un conocido

El turco Caneyt Cakir (foto) será el árbitro de Argentina-Nigeria. Abogado de profesión, es árbitro FIFA desde 2007 y fue encargado de dirigir la semifinal que Argentina le ganó a Holanda en Brasil 2014.
Por Gerardo Alaniz – DIARIO DE CUYO
Chiqui, por favor: echale agua, no nafta
Dos "conferencias de prensa’ separadas por 18 días con el mismo denominador común: no responder preguntas. En una, al mejor estilo Nelson Mandela, pidió tomar el amistoso suspendido ante Israel como "un aporte a la paz mundial". En la otra, la de ayer en Moscú, en su monólogo se despachó con "el periodismo es el cuarto poder: no se olviden que pueden instalar, tergiversar y trascender con sus informaciones" y hasta se animó a un "hoy tienen la oportunidad ustedes (por los periodistas), que han vivido de este grupo, de demostrar que realmente son argentinos".
En medio del caos, el sanjuanino lejos estuvo de aportar claridad. Se lo notó tenso. Incómodo. Tomando un rol que le concierne a su investidura pero no a su ADN. Chiqui, como diría tu adorado Juan Domingo Perón: "La única verdad es la realidad". Y en ese sentido, ayer Tapia quedó como el fiel exponente de semejante caos que transita la Selección a este incendio echarle nafta… y no agua.
