El corredor esloveno Tadej Pogacar, del UAE Team Emirates, ganó ayer embalando la decimoséptima etapa del Tour de Francia, disputada entre Saint Gaudens y Peyragudes sobre 130 kilómetros, escoltado por quien porta la malla amarilla, el danés Jonas Vingegaard (Jumbo Visma), que no cedió un metro.

Tadej Pogacar sumó su tercer triunfo de etapa en la presente edición -y el noveno en su palmarés- del Tour, tras la selección que hizo su compañero de equipo, el estadounidense Brandon McNulty, tercero a 32 segundos, en Val Louron y su arranque final en la rampa de 340 metros al 17 por ciento previa a la meta.

El líder Jonas Vingegaard fue una sombra de Pogacar en la víspera de la subida a Hautacam, la última opción al margen de la crono, para recortar los 2m18s -restó 4 segundos por la victoria- que tiene el esloveno.

Con Marc Soler enfermo y que llegó fuera de control anteayer y Rafal Majka lesionado y que no largó ayer, el danés Mikkel Bjerg y Brandon McNulty hicieron la selección del UAE en el pelotón de favoritos en los dos últimos puertos de la etapa, Val Louron y Peyragudes.

Tan despiadado fue el ritmo que impusieron Bjerg y McNulty que solo Vingegaard y el veterano británico Geraint Thomas aguantaron el pulso a la batalla que se auguraba en Val Louron, mítico escenario antaño de los duelos entre Miguel Indurain y Claudio ‘El Diablo’ Chiappucci que rescató este Tour que se parece poco a los de antes.

Thomas también cedió antes de que Pogacar acelerara a 200 metros de la pancarta de Val Louron, con Vingegaard sellado a su rueda en la pancarta y el revirado descenso hacia las faldas de Peyragudes, un puerto que el dúo de aspirantes al amarillo subió a rueda del combativo McNulty.

La batalla se volvió a aplazar a otros puertos y otra ocasión. Pogacar no pudo soltar de rueda en el puerto final a un sólido Vingegaard, quien solo cedió en el postrero ‘muro’ de 300 metros, pero que llegó a un metro del esloveno para consolidar aún más su liderato camino a París.

Hoy se disputa la decimoctava etapa, entre Lourdes y Hautacam, de 143,5 kilómetros, con la ascensión a dos puertos de categoría especial, Col d’Aubisque y el final de Hautacam, cimas donde se superarán los 4.000 metros de altitud, y en la que según el colombiano Nairo Quintana (ver recuadro) ‘cuando las piernas no responden se corre con el corazón’. En el medio estará la subida al Col de Spandelles, en el que será el último escenario montañoso del heroico duelo que están sosteniendo mano a mano el actual bicampeón Tadej Pogacar y el aspirante Jonas Vingegaard.

 

Nairo se tiene fe para la etapa reina

El colombiano Nairo Quintana, jefe de filas del Arkea-Samsic, que ayer perdió 2m13 con respecto a los líderes, pero se mantiene cuarto, comentó que ‘reguló’ su ritmo para no desgastarse. "Me cuidé para mañana (hoy) cuando el ascenso es más duro, y puede pasar cualquier cosa. Muchos jóvenes no conocen el último puerto. Todos hacen altitud, pero vimos como algunos fallaron cuando les faltó un poco de oxigeno. A mi me fue muy bien. En la altura, cuando las piernas no responden, se corre con el corazón. Así que espero tener un gran día para tratar de llegar al podio’.