Pocos querían hablar. Llantos, amargura, caras largas. Nada sirvió para consolar a un plantel que llegó más que ilusionado para buscar el ascenso y fueron muy pocos los que se animaron a analizar lo que fue perder la segunda final por el ascenso ante Camioneros. David Cano, uno de los que siempre deja todo, fue la síntesis perfecta de cómo terminaron los jugadores de Peñarol. Casi sin poder evitar que lo traicionara la emoción, Cano analizó la derrota: “Lo teníamos controlado. Ellos nos presionaron pero respondimos con orden pero les tocó esa fortuna de encontrar el primer gol con ese remate. Eso nos complicó y fue duro pero en el complemento lo peor fue el segundo de ellos que nos terminó de condicionar. Fueron dos momentos de desconcentración y luego no pudimos remontarlo. Duele perderlo así pero sabemos que se dejó todo”.