El día anterior a la goleada del 6-1, el cura párroco de la Iglesia de Chimbas Santo Domingo de Guzmán, José María Solar, bendijo el estadio y las camisetas. En ese momento le fueron a pedir ya que el equipo acumulaba 16 partidos sin ganar y el rival era Boca. La historia que se dio luego en la cancha es altamente conocida y a manera de cábala o simplemente creencia, para el compromiso de mañana le volvieron a pedir su servicio y ayer por la mañana pasó por el Hilario Sánchez y repitió al rutina del 2013. Más allá de que se lamentó porque no podrá asistir al partido ya que tiene que dar la misa.

“Bendije las camisetas, a los jugadores y el arco del Norte”, contó Solar. “Esperé que los jugadores terminaran el entrenamiento, porque soy muy respetuoso de su trabajo y no quería interferir, y les di mi bendición”, agregó.

En el 2013 había contado que fue un grupo de dirigentes quien lo fue a buscar a la Parroquia, pero esta vez fue diferente. “Los chicos de la barra me lo vinieron a pedir en la semana y hoy (por ayer) me fui en mi auto. Llegué cuando estaban terminando de entrenar y bendije lo mismo que en el partido anterior frente a Boca”, contó.

“Los jugadores lo tomaron muy bien más allá de que son pocos los que conozco porque de aquel equipo que lo goleó a Boca creo que Ardente es el único que sigue, pero fueron muy respetuosos conmigo y espero que les sirva y ayude para el domingo”, comentó el cura José María, quien es hincha de Boca y de niño jugó en Sportivo Desamparados, el histórico rival del Verdinegro en la provincia.

Y mientras Solar se define como un fanático del deporte y apasionado por el fútbol, recordó que la de ayer fue la tercera vez que bendijo a San Martín, puesto que el 7 de diciembre pasado también lo fueron a buscar en la previa del encuentro que marcó el ascenso a Primera División. “Para el partido con Ferro también estuve, y cada vez que me lo piden lo voy a hacer porque yo soy sólo un nexo y una bendición es algo divino”, agregó.

Incluso hasta se metió en el partido de mañana y si bien argumentó: “No voy a dar un resultado por cábala”, subrayó que “este Boca viene bien, igual hace dos años ni me hubiese imaginado que le iban a hacer 6 goles”.

Por último y debido a sus obligaciones con la iglesia, se lamentó no poder ir a la cancha. “Justo tengo la misa y no voy a llegar a tiempo, pero seguro lo sigo por la tele”.