Habrá algunas opiniones contrarias, posiblemente de aquellos que se consideraron perjudicados con alguna decisión de las autoridades, pero en el balance global, la III Vuelta a San Juan de MTB, los números cerraron en positivo.
Fue la edición con más inscriptos. Tuvo pocas deserciones. Se realizó en circuitos nuevos que más allá de exigir la máxima pericia de los bikers, fueron disfrutados por los mismos. Cada categoría tenía su lucha por el liderazgo, pero también contaba con muchos corredores que intentaba culminar la competencia, como objetivo de máxima.
Hubo ausencias notables, como las de Cristian Ranquehue y Juan Carlos Pereyra que hubieran jerarquizado la lucha por la punta.
Tuvo un ganador inobjetable, como el cordobés Governatori y mostró desempeños interesantes de pibes locales que son el futuro de la actividad en la provincia como Leandro Maldonado que, con sólo 17 años, se metió entre los diez primeros, clasificando séptimo y Luciano Cortes, que con la misma edad entró undécimo.
Fue una linda carrera para ver, porque, salvo en la crono, se realizó por lugares a donde se podía acceder en cualquier movilidad. Hubo errores, sí, como los hay en cualquier actividad que se pueda realizar, pero fueron pocos como para quitarle brillo a una carrera que sigue creciendo a pasos agigantados.

