Arsenal, el club de Sarandí fundado entre otros por el presidente de AFA, Julio Grondona, hace 55 años, se consagró ayer campeón de la máxima categoría del fútbol argentino por primera vez en su historia, al vencer en su estadio a Belgrano de Córdoba por 1-0. El gol del triunfo lo hizo el zaguero santafesino Lisandro López, a los 27 minutos del primer tiempo.

El equipo dirigido por Gustavo Alfaro había arribado a la última fecha del torneo Clausura liderando la tabla de posiciones junto a Tigre, pero el "Matador" empató con Independiente en Victoria. Belgrano terminó en inferioridad numérica porque fueron expulsados, Luciano Lollo y Claudio Pérez, a los 11 y a los 46 del complemento.

Con el juego colectivo vertical y directo que lo caracteriza, el conjunto del viaducto fue superior desde el inicio a un rival especulativo que fue a Sarandí sin mayores aspiraciones. Si bien estuvo lejos de su mejor rendimiento, y después de obtener la ventaja bajó mucho su nivel, apeló a su solidez defensiva para alcanzar el título. La primera llegada peligrosa del se produjo a los tres minutos de juego, tras un tiro libre ejecutado por Luciano Leguizamón, al capturar Emilio Zelaya un rebote y disparar cerca del palo izquierdo. La reacción del conjunto cordobés se produjo a los 13, en un contragolpe aislado de Lucas Melano, pero Cristian Campestrini logró desviar el tiro al córner en el último instante posible. A los 27 minutos, Leguizamón ejecutó un tiro de esquina desde la derecha al corazón del área, donde Lisandro López fusiló al arquero rematando de aire, espectacularmente.

El trámite del encuentro cambió radicalmente después del gol porque Alfaro replegó la formación en el propio campo y le dio la pelota a Belgrano con la intención de hallar más espacios de contrataque. Sin embargo, esto deparó tan sólo una lucha desprolija en el mediocampo que favoreció al visitante, ya que estaba más cerca de la meta contraria. Así y todo, le faltó claridad en los últimos metros y Arsenal pudo haber ampliado la diferencia a los 18 del segundo tiempo, cuando el volante colombiano Carlos Carbonero forzó la intervención de Juan Carlos Olave pateando con veneno desde fuera del área.

A esa altura el triunfo de Arsenal se había simplificado más -y pudo haber sido por más goles de ventaja- ya que el visitante, a los 11, se quedó con uno menos por la expulsión de Lollo.

A sabiendas del resultado parcial del choque entre Tigre e Independiente, que se jugó simultáneamente, el cuerpo técnico y todos los suplentes aguardaron ansiosos al borde de la cancha el final (los que jugaron fueron al vestuario), y con el sonido del silbato abrazaron la gloria.

Así celebraron con sus familias y también con extraños frenéticos que saltaban desde la platea al césped con tal de llevarse un recuerdo de sus ídolos. El joven zaguero Lisandro López alzó la copa, en tanto el padre de la criatura, el entrenador Gustavo Alfaro, se recogía en el íntimo abrazo de su esposa e hijos.

Los dirigidos por Alfaro, que también logró su primer campeonato nacional como DT, cerraron el torneo con una racha de siete encuentros sin perder con seis victorias y una igualdad, en los que, salvo en uno, marcó tres goles o más, siendo el máximo artillero del equipo el delantero Emilio Zelaya con 6 tantos.