Los temores sobre la influencia que podría tener ayer el cuestionado campo de juego de la Bombonera en el desarrollo de una nueva versión del Superclásico terminaron siendo infundados.
El piso no influyó, no perjudicó ni a uno ni a otro. El campo aguantó bien, más allá de que se observaron algunas imperfecciones en el sector más dañado por las lluvias de las últimas semanas.
Por eso llamó la atención que Marcelo Gallardo tratará de achacarle algunas responsabilidades al campo de juego de los xeneizes. También discrepó con la opinión del Muñeco el entrenador de Boca, Guillermo Barros Schelotto. “No era el mejor, pero mejoró con respecto al que se jugó por la Copa (ante Deportivo Cali el jueves último). Boca recién volverá a jugar en su cancha dentro de dos semanas.

