Ayer, cuando el Sol comenzaba a pedir pista para esconderse tras los cerros, una gran cantidad de personas, familiares, amigos y conocidos acompañaron los restos de Carlos Escudero que recibieron sepultura en el cementerio San Miguel de Rawson.
Quien fuera el primer ciclista sanjuanino en coronarse campeón nacional de ruta (General Roca 1969), falleció a las 6,40 del miércoles, luego de pelear en desigualdad de condiciones con un cáncer durante cuatro meses, desde que se lo detectaron a principios de marzo.
En la noche del miércoles toda la comunidad ciclista se acercó a la cochería Lanusse Hnos, ubicada en calle 9 de Julio, entre Estados Unidos y Patricias Sanjuaninas, para acompañar a la familia de Carlos.
Ciclistas de distintas épocas, adversarios y compañeros de ruta del fallecido campeón fueron a despedir al amigo. También, muchos corredores de otras generaciones más cercanas, quienes compartieron pelotón con sus dos hijos (Carlos y Matías), asistieron para acercar su abrazo fraterno.
Escudero, que tenía 66 años, estaba casado con Dora Chaparro con quien tuvo cuatro hijos, los dos varones, ya citados, Laura y Dory; quienes junto a sus hijos políticos, Manuel, Verónica, Nadia y Sergio; les dieron nueve nietos.
Eduardo Chirino, en su bicicleta, junto a la movilidad de Altavoces Tadeo, acompañaron un cortejo que salió del lugar donde fueron velados sus restos y realizó un trayecto que incluyó el paso por el frente del Club Sol Naciente y por la casa particular de Escudero. Allí los habitantes de la Villa Flora rindieron el último homenaje, agitando pañuelos, a quien en vida fuera uno, sino, el más ilustre de sus vecinos.

