Por algo es el campeón. Por algo mantuvo la base que le dio el título el año pasado y con eso, más el aporte de gente con mucho oficio, acostumbrado a ganar, la Asociación Deportiva Albardón empezó con todo su defensa de la corona del Torneo de Clubes Campeones al vencer como visitante a la Unión Cultural Villa Borjas por 4-1 en uno de los partidos que abrió la Zona C del certamen departamental. La Escuela dio clase de contundencia, especialmente en el segundo tiempo, cuando no perdonó nada a su anfitrión y lo terminó demoliendo con la categoría de sus delanteros. En la primera parte todo fue demasiado parejo. Villa Borjas sorprendió al campeón vigente con una presión alta que le permitió manejar la pelota, tener las mejores ocasiones pero sin gozar de toda la potencia ofensiva que tradujera sus intenciones en goles. Ese fue su pecado porque generó aproximaciones con Walter Vera y con Gabriel Angulo pero nunca pudo complicar a Leo Avila que resolvió bien todo lo que le tiraron. La ADA se tomó su tiempo para acomodarse y después de los 30’ de esa primera parte pudo imponer condiciones. Eso sí, a diferencia de Villa Borjas, el conjunto albardonero no perdonó cuando la tuvo. Así, a los 41’ tras la primera jugada hilvanada en precisión y velocidad entre Malla y Uranga, llegó el taco exquisito del delantero para habilitar a Lerga que la clavó en el ángulo. Golazo para abrir el marcador y dejar más que claro que la ADA no perdona.
En el segundo tiempo, el entusiasmo de Villa Borjas duró hasta que le dieron las piernas y hasta que la ADA decidió sentenciar el partido. Fueron 20 minutos de estéril dominio local hasta que Uranga habilitó a Franovich para que pusiera el 2-0. Llegó ahí nomás el tercero con Enzo Lerga otra vez y Juan Diego Ruiz decoró todo pasando los 35’ cuando puso el 4-0 lapidario. Quiso el premio consuelo Villa Borjas y recién se le daría de penal y faltando menos de 5 minutos pero la historia del partido ya estaba escrita y había dejado más que claro que este campeón no perdona nada, donde sea y ante el que le pongan enfrente.
