Como una ironía del destino, él fue encabezando el pelotón, robándose los aplausos del pueblo que le demostró, una vez más, todo su amor. Según la Policía, fueron cinco mil personas las que acompañaron el cortejo fúnebre que ayer en la mañana depositó en el cementerio de su Rawson natal los restos de Emanuel Saldaño, uno de los ciclistas más queridos en la actualidad y quien falleció en la madrugada del sábado tras un accidente sufrido en El Encón.
Conmoción. Tristeza. Dolor. Esas fueron postales que se vivieron. Así, el pueblo sanjuanino despidió a uno de sus ídolos populares, uno de los más ganadores en los últimos años y que supo ganarse el corazón de la gente con su carisma tanto arriba como abajo de la bicicleta. La despedida fue una ‘carrera’ que contó con la presencia con muchos de los que celebraron sus victorias. El vicegobernador, Sergio Uñac; el intendente de Rawson, Juan Carlos Gioja; el director de Deportes Gustavo Álvarez; el subsecretario de Deportes, Juan José Chica; el presidente de la FACPyR, Gabriel Curuchet, entre otros, se dieron cita en una caravana que fue más que especial.
El Chino encabezó el numeroso pelotón y detrás partieron casi trescientos ciclistas entre los que se encontraban los profesionales, los Juveniles, los Libres y hasta los aficionados que se pusieron su vestimenta de gala para ‘rodar’ junto a Saldaño por última vez. Atrás, cientos de autos y motos también formaron parte del acompañamiento.
Durante la madrugada y la mañana de ayer, cientos de sanjuaninos se dieron cita en la casa de los Saldaño en el Barrio Procesa Sarmiento para darle la despedida a su ídolo. Desde allí, pasadas las 11, partió el acompañamiento que recorrió las principales arterias del departamento rawsino donde se visitó sitios especiales en la vida del pedalero. La primera pasada especial fue en el Velódromo “Héroes de Malvinas”, lugar que cobijó infinitas veces a Saldaño y sus triunfos. Ese sitio fue donde Emanuel consiguió una de las últimas y grandes alegrías, tras coronarse campeón en Persecución por equipos en el Argentino disputado en octubre último. Después, el sitio elegido fue el Estadio 12 de Octubre. Unión representaba mucho para el ciclista y por eso el cortejo fúnebre pasó también por ahí, mientras la gente aplaudía su paso y otros no podían hacerlo por la emoción y las lágrimas. El sitio a seguir fue la casa de sus abuelos o “su” casa, ubicada en el corazón de su Villa Hipódromo natal. Allí, los vecinos que vieron nacer a Emanuel, con lágrimas en los ojos, le dijeron adiós a ese ciclista que desde chiquito los deleitó con sus triunfos. Desde ahí y hasta el cementerio, el Chino se robó los aplausos de sus seguidores que coparon el costado de cada calzada. Desde temprano, todos esperaban por el paso de ese ciclista que tantas veces los alegró. El último tramo de la despedida, desde calle San Miguel y hasta la puerta del cementerio, fueron los más convocantes de la mañana.
Las lágrimas de sus familiares, amigos y compañeros. El grito desesperado de su mamá Gloria. El llanto desgarrador de su esposa, Verónica. La mirada inentendible de su hijo mayor, Juan Ignacio (el más chico es Juan Martín). El aplauso de los seguidores que se dieron cita en el cementerio, fueron las escenas que marcaron el amor que sembró el Chino. Ese pibe que muchas veces expresó que le gustaría ganar la Vuelta a San Juan, ayer se fue triunfador. El Chino esta vez, se ganó el cielo. Hasta siempre…

