Tarde o temprano, el VAR (Video de Asistencia al Referí), la estrella tecnológica del Mundial, estará entre nosotros. Y cambiará el paradigma del fútbol argentino. No se acabarán las polémicas, está claro. Se atenuarán, lógicamente, y se reducirá el margen de error. La decisión política está. Resta instrumentar un modelo financiero para el desarrollo del producto, cuyo valor oscila en tres millones de dólares. Recién estaría disponible para la Copa de la Superliga, que comenzará a disputarse en abril de 2019. O más tardar, en el torneo que marcará el comienzo de la temporada 2019/2020.

 

Los dirigentes no estaban convencidos después del escándalo de Lanús-River en las semifinales de la Copa Libertadores del año pasado. Aquella noche, en Arias y Guidi, el juez Wilmar Roldán no se respaldó en los asistentes del VAR, quienes tampoco le advirtieron un golpe de Román Martínez sobre Ariel Rojas previo al primer gol granate y una mano de Iván Marcone, claro penal, que el colombiano no cobró.

 

Pero esta es historia antigua, por supuesto. El Mundial dejó claro que el VAR goza de buena salud y, bien empleado, termina con la injusticia deportiva. En ese sentido, las autoridades de la Superliga están dispuestas a seguir la tendencia de las grandes competiciones europeas. Ya funcionaba en la Bundesliga de Alemania, la Serie A de Italia y la Premier League de Inglaterra. A partir de esta temporada, se utilizará en las Ligas de España y Francia. También opera en la Major League Soccer (MLS) de Estados Unidos y la A-League, de Australia.

 

"No darle cabida al VAR es reconocer que Argentina tiene una Liga pobre", le confió a Clarín una fuente del referato. Y como la nueva estructura quiere dar un salto de calidad, ya se está trabajando en la implementación y los costos.

 

"Para ser una Liga competitiva necesitamos el VAR. Porque además de ser una ayuda, va a prestigiar a los árbitros", le dijo Horacio Elizondo, Director Nacional de Arbitraje, a Clarín. Hace seis meses, en el predio que la AFA posee en Ezeiza, se realizó una prueba en dos entrenamientos. Pero se hizo imposible la ejecución en el torneo. Hay una cuestión de protocolo, más allá de lo económico. FIFA hará una supervisión del sistema.