River le hizo precio a Boca y el 2-0 se quedó corto en el Monumental. Pero más allá de la diferencia de nivel, la noche no estuvo exenta de polémica y el VAR fue nuevamente protagonista como en otros partidos coperos. De hecho, el chequeo de video abrió y cerró el súper clásico, al principio con el penal que Borré cambió por gol y sobre el final con la expulsión de Capaldo por roja directa tras una falta, cuando inicialmente le habían sacado amarilla.
Dos minutos iban de juego cuando Rafael Santos Borré tomó un rebote tras una atajada de Andrada y se perfiló para avanzar ante el sanjuanino Emmanuel Mas, Andrada y Carlos Izquierdoz. En esa baldosa, el ex San Martín golpeó al delantero colombiano y Borré se dejó caer. Raphael Claus, el árbitro, dejó seguir y Boca metió un contragolpe.
Sin embargo, cuatro minutos de aquella jugada y de que el Xeneize no concretara su ofensiva, el juez detuvo el juego y habló con los integrantes del VAR mediante su intercomunicador. Y sancionó penal, finalmente, ante la protesta de los dirigidos por Alfaro.
De acuerdo al exárbitro Miguel Scime, el penal a instancias del VAR fue correctamente cobrado porque Mas generó el contacto, independientemente de que Borré luego se dejó caer para impresionar al juez. La regla no pregunta el valor de la fuerza a los fines de la sanción: la fuerza sólo se mide con fines disciplinarios, explicó Scime.
Las críticas no tardaron en aparecer y en tiempos de redes sociales, #VAR se hizo trending topic en Argentina y aparecieron los memes. Luego, los propios hinchas de Boca empezaron a reconocer que el penal estuvo bien cobrado y que más allá de la polémica, River fue un justo ganador.
La otra intervención del VAR fue cuando ya se jugaba tiempo de descuento. Nicolás Capaldo le cometió una dura infracción a Pérez y Claus sancionó falta. La entrada del jugador xeneize fue fuerte y por eso el juez inicialmente le sacó amarilla, pero instantes después lo llamaron por el intercomunicador. El árbitro fue a revisar la jugada y al volver retiró la amarilla y castigó a Capaldo con roja directa. En rigor, el hombre de Boca (que se perdió un gol increíble en el primer tiempo) igual se iba a perder la semifinal de vuelta por acumulación de tarjeta amarillas.
Se fue otra noche de clásico copero y el VAR no pasó desapercibido, por lo que seguirá dando que hablar en la semana y seguirá la suspicacia hasta al menos el 22 de octubre, cuando se juegue la revancha de esta definición.
¿Y si era gol?
El diario Olé recordó que hace dos años, en Holanda, sucedió algo similar entre Feyenoord y Vitesse: hubo penal no sancionado inicialmente, pero a diferencia de anoche la contra terminó en gol rival. Tras la revisión, el árbitro aquella vez anuló el gol y luego cobró penal.