La última fecha de la Superliga le deparó a Independiente una suave caricia del destino al imponerse por 3 a 0 a un Central Córdoba que aún permanece fuera de la zona de descenso, pero el juego desplegado por los dirigidos por Lucas Pusineri distó mucho de coincidir con las cifras finales del marcador, y solamente la presencia de algunos juveniles permitió a sus hinchas ilusionarse con un futuro, aunque sea, un poco mejor.
Fue un triunfo merecido de Independiente, sí, pero más cómodo en apariencias de lo que en realidad expuso en su juego, ya que le faltó claridad en varios pasajes del encuentro y nunca apareció ese fútbol que justificara una amplia victoria en el marcador como la que obtuvo.
Primero apareció el venezolano Andrés Roa, para abrir el marcador con un golazo.
A partir de allí el partido se abrió e Independiente empezó a encontrar los caminos más fluidos hacia el arco de Diego Rodríguez, surgido en el "rojo".
Y apenas seis minutos después de esa conquista fue Matías Nani el que venció a su propio arquero para el 2-0, exagerando la ventaja sobre la hora un experimentado como Silvio Romero, que marcó el 3-0 con un cabezazo.