Los fantasmas van quedando en el olvido para Estudiantes de La Plata en esta edición 2011 de la Copa Libertadores de América. Es que aquella goleada que sufrió ante Cruzeiro, en Brasil, ya quedó archivada luego de haber concretado anoche una importantísima victoria fuera de casa -por 2 a 1- ante Guaraní de Paraguay. Así, se acomodó en el grupo 7 y no sólo se ubica segundo (detrás de los brasileños) sino que abrochó un triunfo fundamental en tierras paraguayas. Más todavía cuando deberá jugar de local ante el rival de anoche (el miércoles que viene) en la segunda rueda, que es el que más lo puede complicar pensando en la clasificación para la próxima fase.

No largó bien la noche en Paraguay para el Pincha. Es que cuando se la jugaba entero y se le había plantado de igual a igual a Guaraní, el dueño de casa abrió inesperadamente el marcador. Fue justo cuando se moría la primera etapa y eso dejó muy preocupado al técnico Berizzo para el complemento. Pero el equipo argentino dio vuelta la historia en esa segunda fracción y despejó nubarrones para un panorama ahora esperanzador.

El partido, en el primer tiempo, había dejado pura paridad. Es que los dos, a su tiempo, dominaron el balón y tuvieron sus chances. El local llegando con pelotazos largos. A "la paraguaya", esto es pases cruzados y buscando algún cabezazo. El Pincha, haciendo gala de su toque corto y preciso. Ambos arqueros pasaron apuros pero se las arreglaron.

Caía el telón de ese primer tiempo y, tras uno de tantos pelotazos al área Pincha, el árbitro vio empujón de Fernández al delantero de Guaraní, Pablo Caballero, dentro del área. Penal, en consecuencia, que el propio Caballero transformó en gol. El penal fue dudoso. La ventaja local, inmerecida.

Berizzo acomodó fichas en el entretiempo y todo pareció salirle de maravillas en el principio del complemento. Es que en dos minutos -de los 5′ a los 7′- el equipo argentino dio vuelta el tablero. Merecidamente, si se quiere. Es que Estudiantes salió decidido a atacar y, a eso, el local no lo aguantó. Primero fue Barrientos el que aprovechó un centro desde la izquierda y con un tiro esquinado y bajo marcó el empate. Y, ahí nomás, Leandro González por el mismo sector (el izquierdo) se amacó y sacó un latigazo que se metió arriba. Fue el 2-1 y otro partido.

Es que en lo que quedó, que fue bastante, Guaraní desnudó sus debilidades y, apurado por su nerviosismo, fue incapaz de herir otra vez al visitante. Mientras que Estudiantes, que tuvo un par de chances en contragolpes, lógicamente se fue conformando con la victoria que, aunque mínima, le abre muchas chances de seguir en la Copa.