Inexplicable. El reloj marcaba 49 minutos con 28 segundos, se acababa el partido y 9 de Julio se quedaba con las manos vacías. Después de un mal saque de la defensa de Atenas, la pelota cayó en los pies de Marcelo Tobares que no dudó y la mandó al palo derecho del arco de Emanuel Cortéz, quien salió mal y no pudo atajarla. Fue así como el Nueve, después de 18 años de militar en la B, se ganó al ascenso a la máxima categoría al igualar 1-1 con Atenas Pocito en la revancha de la promoción.
Fue un gol nunca esperado. El equipo de Aldo Rodríguez ya estaba acabado. De hecho no jugó bien, tampoco lo hizo El Mirasol, ya que el partido fue bastante aburrido en ambos trayectos. Una vez que Tobares convirtió, el estadio del Bohemio quedó en silencio. Fue un gol que se gritó segundos después de haber entrado la pelota. Primero estallaron en gritos y saltos desde el banco y fue allí cuando todos entendieron el significado. Es que no era un gol cualquiera. El Nueve iba perdiendo y necesitaba un tanto para cumplir el ansiado sueño y llegó. La cancha se llenó de hinchas y el salvador (Tobares) abrazaba al técnico Aldo Rodríguez que no paraba de llorar. Era un anhelo concretado. Ya eran de primera.
En cuanto al partido, Atenas siempre fue más, pero no supo reflejar esa ventaja. Encima contaron con una ayudita extra. A los 11′ Andrada pechó sin querer el balón (se tropezó) y la pelota entró marcando el tanto que el Mirasol necesitaba para la permanencia.
El complemento fue más chato que el primero. La pelota era del Mirasol que tuvo varias llegadas, dos de Moyano que se fueron desviadas, una de Ramón Gómez que se fue arriba del travesaño, entre otras. Pero nada. El tiempo se esfumaba y el local se conformaba. Y en el descuento llegó un grosero error del arquero y la defensa que fue bien aprovechado por Tobares. Por ello, 9 de Julio es de primera.

