El presidente de River, Daniel Passarella, participó activamente del entrenamiento del plantel en el cual se esbozó el equipo que mañana tiene la obligación de ganarle como mínimo por dos goles a Belgrano, si quiere seguir en primera división.
El partido, revancha del jugado el miércoles en Córdoba con victoria local, por 2 a 0, se llevará a cabo en el estadio Monumental de Núñez desde las 15.10.
Passarella se mostró vestido con ropa deportiva y hasta intervino con firmeza en algunas de las rutinas del plantel dando indicaciones como si fuera un entrenador más del equipo.
El entrenador Juan José López probó una formación con cinco cambios con respecto al equipo que perdió en Córdoba: Juan Pablo Carrizo; Jonatan Maidana, Alexis Ferrero y Leonardo González Pires; Roberto Pereyra, Ezequiel Cirigliano, Walter Acevedo y Juan Manuel Díaz; Erik Lamela; Mariano Pavone y Leandro Caruso.
En la parte final del ensayo, el técnico ubicó al uruguayo Juan Manuel Díaz por Carlos Arano, quien se retiró con gestos de enojo en desacuerdo con la decisión del entrenador, en una muestra más de la división que existe dentro del plantel millonario.
De estas modificaciones tres son obligadas ya que Matías Almeyda, Paulo Ferrari y Adalberto Román están suspendidos por acumulación de amarillas y sus lugares los ocuparon Acevedo, Maidana y González Pires, respectivamente.
Las otras dos variantes corresponden a decisiones tácticas pues los experimentados Pavone y Caruso suplantaron a los jóvenes Mauro Díaz y Rogelio Funes Mori. La anemia ofensiva del equipo es uno de los temas a solucionar si se tiene en cuenta que para -al menos- igualar la serie, lo que le permitiría mantener la categoría debe ganar por dos goles de diferencia.
El Kaiser, como la semana pasada, fue parte del entrenamiento en el predio de Ezeiza pero su presencia fue mucho más pasiva. La estrecha relación de Passarella con el técnico Juan José López en el armado del equipo y en el dispositivo táctico quedó en evidencia con la imagen que se observó ayer en el Hindú Club durante el entrenamiento.
Passarella está concentrado en el predio de la zona norte como un integrante más del plantel, vestido de buzo negro, se animó a hacer jueguito con la pelota y mantuvo charlas no sólo con el cuerpo técnico, sino que también habló mucho con los jugadores. En el momento en que el barco zozobra el presidente tomó el timón para mantenerlo a flote evitando las corrientes que conducen a la B Nacional.

